Rusia envía al Ártico la única central nuclear flotante del mundo

La conquista rusa del Ártico, que no es otra cosa que aprovechar la retirada del hielo por el calentamiento global para explotar sus recursos, avanza despacio, pero está en marcha. En esos planes se incluyen proyectos concretos, como la instalación en las frías aguas de este océano de una central nuclear flotante, la única del mundo, que comenzó a construirse hace nueve años en San Petersburgo. Terminada esa fase, la planta inició el pasado sábado su primer viaje por mar, acompañada por la polémica y por las ­críticas de las organizaciones ecologistas.

El buque atómico abandonó el 28 de abril los astilleros de la fábrica Baltískaya, arrastrado por cinco remolcadores, que lo transportaron por el río Nevá hasta el golfo de Finlandia. Bautizado Académico Lomonósov, en honor al sabio ruso del siglo XVIII, ahora le espera una larga travesía. Según el propietario de la planta, la corporación estatal rusa de energía nuclear Rosatom, tiene que salir del mar Báltico hasta alcanzar su destino, la pequeña población costera de Pevek, en la lejana región rusa de Chukotka, junto al estrecho de Bering y Alaska.

“En una primera etapa el bloque, sin combustible nuclear a bordo, será remolcado hasta los astilleros Atomflot, en la ciudad de Múrmansk”, señalo Dimitri Alekseenko, subjefe de la dirección para la construcción y explotación de la central nuclear flotante. “Luego, en una segunda etapa, aproximadamente en el verano del 2019, cargado con combustible nuclear y con tripulación a bordo, será enviado de Múrmansk al puerto marítimo de Pevek”.

Aunque en el primer trayecto no lleve combustible nuclear, las organizaciones ecologistas creen que el complejo es potencialmente peligroso. Greenpeace y otros grupos ya le han puesto un sobrenombre, “el Chernóbil flotante”, en referencia al desastre nuclear de 1986.

Jan Haverkamp, experto nuclear de Greenpeace para Europa central y oriental, asegura que, aunque no se hayan hecho pruebas en San Petersburgo, como estaba previsto inicialmente, el Académico Lomonósov es un peligro para el medio ambiente. “Probar un reactor nuclear en una ciudad tan poblada como el centro de San Petersburgo es irresponsable. Pero trasladar esas pruebas en este Titanic nuclear lejos de la vista del público no lo hará menos irresponsable”, ha asegurado.

También ha habido voces preo­cu­pa­das en los países escandinavos por el hecho de que el barco nuclear circunnavegue sus costas hasta alcanzar la ciudad de Múrmansk, en el extremo norte de la Rusia europea y su mayor puerto en el Ártico.

Pero Rosatom insiste en que se han tomado todas las precauciones para evitar un desastre nu­clear. En primer lugar, no carga combustible en la primera etapa de su travesía. Además, “está diseñada con un gran margen de seguridad que excede todas las amenazas posibles y convierte sus reactores nucleares en invencibles para tsunamis y otros desastres naturales”, ha dicho la empresa en un comunicado.

“Los procesos nucleares en la planta flotante –concluye– cumplen con todos los requisitos de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, y no representa ninguna amenaza para el medio ambiente”.

En la central nuclear flotante de Rosatom se han instalado dos reactores KLT-40C, probados durante años en los rompehielos nucleares rusos del Ártico. Con una potencia de 70 megavatios, son capaces de suministrar toda la energía necesaria para una ciudad de 100.000 habitantes.

En Pevek, a 640 kilómetros de la capital de Chukotka, Anádyr, viven únicamente 4.300 almas. Esta pequeña ciudad, la más septentrional del país, se fundo en 1933 y pronto se convirtió en un puerto importante debido, primero, al desarrollo de la ruta marítima del norte, y después, al descubrimiento de minas de estaño y oro.

La nueva central nuclear flotante suministrará energía a esta población, pero también a las plataformas gasísticas y petrolíferas de mar abierto. El Académico Lomonósov sustituirá, además, a dos complejos cercanos, la central nuclear de Bilíbino y la central térmica de Chaunsk, tecnológicamente obsoletas, ha indicado Rosatom.

Esta es la única central nuclear flotante existente en el mundo. La armada de Estados Unidos reacondicionó en 1961 un viejo carguero con un reactor nuclear. El buque, MH-1A Sturgis, suministró energía al canal de Panamá entre 1968 y 1973. Pero el proyecto se terminó por el alto coste del mantenimiento, y en 1976 el barco se desguazó.

, 30/04/2018 - lavanguardia