el rey-Comendador de los Creyentes pis(ote)a el Rif en su discurso del Trono

Mohamed VI perdona a 1.200 presos pero a ninguno de los líderes de la revuelta

El rey de Marruecos olvida el conflicto del Rif en su discurso del Trono

Mohamed VI eligió la ciudad de Alhucemas, epicentro de las revueltas sociales y políticas del Rif, para ­celebrar la fiesta del Trono, que este año marca el 19.º aniversario de su reinado, y con motivo del cual ­pronunció el domingo su tradicional discurso a toda la nación, ­retransmitido por televisión, el más importante del año, y perdonó a 1.204 presos, entre los que, sin ­embargo, no figuran los líderes­ ­rifeños de la revuelta, condenados a finales de junio a penas de hasta 20 años de prisión.

El rey tampoco hizo referencia al boicot popular que sufren tres empresas –una láctea, otra de agua mineral y la tercera de hidrocarburos– propiedad de políticos o miembros de la familia real, acusados de subir precios de manera abusiva. Este boicot y la crisis del Rif son los dos problemas más graves que sufre Marruecos.

Mohamed VI lleva varios días en Alhucemas, de ahí que varios políticos esperaban alguna referencia al Rif en el discurso del Trono. El monarca, sin embargo, prefirió lanzar un guiño a la castigada población con un parlamento centrado en las cuestiones sociales, que concretó en una mejora de la educación, la sanidad y la búsqueda de un acuerdo “equilibrado y duradero” que haga posible la prosperidad de las empresas y la mejora de las condiciones salariales de los trabajadores.

Marruecos sufre una grave desigualdad social y territorial y el paro es muy elevado entre los jóvenes. Ocupa el puesto 123 entre 188 países en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la ONU.

Otro problema que no mencionó Mohamed VI es el incremento de la salida de pateras desde las costas marroquíes con destino a la península ibérica. Esta omisión, sin embargo, era esperada ya que se trata de un tema que no figura en ninguna agenda, ni es objeto de disputa política.

Horas antes del discurso del domingo, el rey había recibido en la capital rifeña a varios ministros para que le informaran de los progresos en el programa de inversiones públicas. “Pese a los objetivos cumplidos, tengo el sentimiento de que todavía nos queda mucho por hacer en materia social”, declaró.

La casa real alauí concedió, como es habitual en esta festividad, medidas de gracia que este año beneficiaron a 1.204 presos.

Entre estos indultados no figuran los líderes del movimiento Hirak, que lucha por preservar la identidad bereber y exige, además de protección para la lengua del Rif, inversiones en un hospital de cáncer, una biblioteca, una universidad y un teatro. También exigen mejores carreteras y la modernización de la industria pesquera.

La ira popular estalló en octubre del 2016 tras la muerte de un vendedor de pescado, tragado por un camión de basura mientras intentaba recuperar la mercancía que le había confiscado la policía, y terminó en junio del 2017, después de la detención de Naser Zefzafi, líder de Hirak, y la consiguiente represión.

Mohamed VI apeló el domingo “a realizar todos los sacrificios necesarios para conservar la unidad y estabilidad de la nación”. Esta frase hacía referencia al Rif y también al Sáhara Occidental, que Marruecos considera territorio nacional.

El monarca aseguró que “los marroquíes libres” no van a permitir que “negativistas, nihilistas y otros mercaderes de ilusiones” atenten contra la seguridad y estabilidad del país aprovechándose de “algunas disfunciones”, aunque sin aclarar a qué se refería exactamente, si a los activistas rifeños, a quienes han promovido el boicot a las empresas, a ninguno de ellos o a todos a la vez.

La situación política es muy inestable, con una coalición de cinco fuerzas encabezada por el islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD. Su líder, Saadedin al Otmani, está en la cuerda floja. Las malas relaciones con Argelia y Arabia Saudí tampoco ayudan a la estabilidad.

Sevilla

31/07/2018 lavanguardia