transcendente batalla, electoral, por Barcelona

La carrera por la alcaldía de Barcelona se está poniendo muy interesante. Como hemos contado aquí en varias ocasiones, nada se puede dar por seguro y ni tan solo los candidatos proclamados tienen asegurado el puesto. Lo hemos comprobado con el alcaldable de ERC Alfred Bosch quien, presionado por su partido y por las encuestas internas, ha renunciado para dar paso al conseller Ernest Maragall que parece que lograría un mejor resultado. ¡Cómo cambian las cosas en tan poco tiempo! Hace tan sólo cuatro meses, la encuesta oficial del Ayuntamiento de Barcelona daba a Bosch la victoria en las elecciones municipales y ahora su partido lo retira porque considera que perdería la batalla ante Ada Colau y Manuel Valls que aparentemente salen como favoritos.

No sólo en ERC hay dudas. Sectores dentro del PSC están inmersos desde hace semanas en la misma reflexión al respecto de Jaume Collboni, proclamado candidato socialista a la alcaldía. Ha habido conversaciones discretas para buscar una alternativa al actual jefe de filas del PSC en el Ayuntamiento que, de momento, no han fructificado. El exalcalde Jordi Hereu ha sido uno de los tanteados pero declinó la oferta a la vuelta del verano. También se han planteado nombres de mujeres relevantes de la llamada sociedad civil así como algún destacado exregidor de la época de Pasqual Maragall.

Ada Colau, Manuel Valls, Ernest Maragall, Jaume Collboni, Alberto Fernández Díaz y Neus MuntéEn el frente independentista sigue la incógnita que se despejará este mes de octubre. Ferran Mascarell se ha postulado como alcaldable de la lista avalada por la Crida Nacional de Carles Puigdemont. Pero también en este lado hay movimientos de tanteo a nombres como la exteniente de alcalde de Barcelona Pilar Rahola o alguna de las esposas de los políticos presos por el proceso independentista. Todo ello sin olvidar la pretensión de Puigdemont de acabar convenciendo a ERC y a su nuevo candidato Ernest Maragall para que se integre en una lista unitaria o incluso para que la lidere. Por su lado, Colau tiene esperanzas de que el aterrizaje de Maragall facilite un pacto de izquierdas tras las elecciones.

Manuel Valls presentará mañana su candidatura que nació como idea de Ciudadanos y que ha derivado hacia una plataforma que busca aglutinar sensibilidades de todo el espectro constitucionalista y también catalanista no independentista, con especial atención a la herencia de Pasqual Maragall. El fichaje como asesor de campaña de Xavier Roig, exjefe de gabinete del alcalde olímpico, es un ejemplo de la intención de Valls.

En este embrollo sorprenden al menos dos cosas. La primera es el afán casi unánime por abanderar el pensamiento político de Pasqual Maragall, especialmente por gente que hoy lo alaba y en su día lo criticó duramente. La segunda sorpresa es el revival de veteranos de la política municipal que se barajan. Ernest Maragall, Ferran Mascarell, Pilar Rahola, Jordi Hereu o Xavier Roig, entre otros, son viejos rockeros que acumulan mucho conocimiento y experiencia en la Casa Gran. Ahora la lucha se plantea entre los candidatos vintage –concepto muy de moda– y los dos titanes mediáticos de Colau y Valls. Pero mucha atención porque no debemos descartar la aparición de un tercer alcaldable más popular si cabe en el frente independentista. Falta mucho todavía.

, 24/09/2018 - lavanguardia

Ernest Maragall será el alcaldable de ERC en Barcelona y mañana, si no pasa nada, Valls anunciará su voluntad de presentarse a las municipales, como candidato de algo más amplio que Cs. A la vez, corren rumores sobre posibles tapados o tapadas para encabezar una lista abonada por Puigdemont que amplíe el perímetro del PDECat (Junts o Crida), que eligió en primarias a Neus Munté, un nombre rodeado de provisionalidad.

La jugada de ERC, inspirada por Junqueras, es un movimiento audaz –ahora diríase disruptivo– que pretende varias cosas: guiñar el ojo a votantes no habituales de las siglas republicanas, aprovechar el capital político de un veterano que conoce como pocos la metrópoli y la Casa Gran, aunar independentismo y barcelonidad y, por encima de todo, resucitar con autoridad el legado del maragallismo para –supongo– adaptarlo al nuevo contexto. El precio de la operación ha sido desmentir a las bases, que en primarias habían apoyado a Alfred Bosch, lo cual indica que ciertas imitaciones de procesos participativos son poco creíbles.

Parece que el debate sobre la Barcelona del futuro se articulará sobre una competición para ver quién reedita con más gracia el maragallismo. Colau, que había abjurado del modelo de ciudad del gran alcalde olímpico, quiere ser su continuidad más progre; Collboni, el alcaldable del PSC si no hay sorpresas, dirá que tiene la formula más fiel; Valls ficha antiguos maragallistas para hacer su salsa; Mascarell –que se postula para liderar una lista del soberanismo posconvergente más o menos transversal– puede decir que es uno de los más acreditados ideólogos del príncipe que consiguió que ser barcelonés fuera un orgullo. Sólo Graupera, promotor de las primarias para construir una candidatura unitaria independentista, se escapa en teoría de este marco, que considera ligado a “un pasado mitificado, construido como una fantasía.”

Obviamente, la batalla de Barcelona no puede desvincularse de la situación general en Catalunya, aunque los electores querrán oír soluciones claras a los muchos problemas que el actual equipo municipal no quiere o no sabe abordar. Maragall rompe una polarización reduccionista entre una Colau que deberá justificar su gestión y un Valls que se ofrece como lo haría un alto ejecutivo, como si no supiéramos de su fracaso francés. Cuesta entender que ciertas élites locales tengan interés en apadrinar a un jefe de la oposición previsiblemente efímero. Provincianismo atroz.

La pregunta del millón: ¿Maragall estaría abierto a una lista que juntara a ERC, PDECat, el puigdemontismo y los no adscritos? El interesado ha dejado caer la idea de una “lista abierta de ciudad”, pero los republicanos no quieren saber nada de candidaturas unitarias. Y tampoco desean políticas de pactos rígidos –frentistas– para el día después de los comicios. Pero todo es demasiado incierto para ser tajantes. Sobre todo si se aceptara –en el PDECat y en Waterloo– que es El Tete quien dirige y quien aspira a tener la vara.

, 24/09/2018 - lavanguardia

ERC nunca quiso ser socio de gobierno municipal de la alcaldesa Ada Colau: optó por el papel de oposición, desde donde al principio brindó su apoyo a medidas como el plan especial urbanístico de alojamientos turísticos (Peuat); para poco a poco ir alejándose de los postulados de los comunes, expresar severas discrepancias llegando, incluso, a frustrar medidas estrellas de Colau como la unión de los dos tranvías. No había apenas relación. Pero ahora puede haber cambio de rumbo. El previsible nuevo candidato de ERC por Barcelona, Ernest Maragall, alabó ayer el papel de Colau e incluso ya avanzó que su formación está “dispuesta a compartir” un posible gobierno con los comunes si ganan las elecciones.

“Barcelona se tiene que definir tanto como le sea posible en términos de progreso y de derechos de los ciudadano. ¿Con qué fórmulas? Depende del resultado de las elecciones. Entendemos claramente que Barcelona quiere contar con una orientación republicana y progresista explícita”, declaró Maragall en una entrevista en el programa El Suplement de Catalunya Ràdio, en la que también dijo estar “dispuesto a entenderse” con JxCat y la CUP, si bien descartó una vez más, después de que un día antes lo hiciera Alfred Bosch en La Vanguardia, la posibilidad de integrarse es una lista única independentista.

Maragall propuso una “lista abierta de ciudad para maximizar los votos republicanos”, eso sí, bajo las siglas de ERC. Una propuesta que se puede interpretar también como un mensaje: si llega a haber algún tipo de lista única, ERC la quiere liderar.

La batalla por Barcelona sigue agitando la actividad política. Y, en este contexto, el presidente del PDECat, David Bonvehí, también tomó ayer la palabra. Lo hizo a través de una entrevista en la ACN para afirmar que Neus Munté es la “mejor candidata”. Mejor, también, que Ferran Mascarell, uno de los nombres que ha sonado para liderar esa supuesta lista unitaria. “Si se entiende que nos tenemos que abrir más allá del PDECat y JxCat, hay gente que quiere venir al proyecto y la militancia considera que la número uno ha de ser otra persona, nosotros lo aceptaríamos”, puntualizó Bonvehí. Pero insistió: Munté “es la mejor candidata que cualquier otro nombre”.

Desde la Festa de la Rosa en Gavà también habló sobre Barcelona el candidato del PSC, Jaume Collboni, que pidió el voto de los ciudadanos que están “hartos de experimentos”. “También nos dirigimos a los catalanistas moderados y a los que creían que al votar a Ciudadanos votaban algo diferente a la marca blanca del PP”, señaló.

Por su parte, el líder de los populares en el Ayuntamiento, Alberto Fernández Díaz, manifestó que su partido tiene “compromiso, proyecto y trayectoria barcelonesa, nítida desde el centro derecha, que da un perfil propio”.

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24/09/2018 - lavanguardia