Macedonia, Brexit, ...¿engañando con los referéndums?

Macedonia sets date for referendum on name deal with Greece  La diplomacia internacional respiró ayer aliviada viendo que el Gobierno de Macedonia lograba por sorpresa sacar adelante en el Parlamento el acuerdo con Grecia sobre el cambio de nombre del país pese al gran fracaso que supuso el referéndum que habían convocado para ratificarlo. Europa está un poco más cerca de cerrar una de las heridas que siguen abiertas desde hace casi tres décadas, tras el desmembramiento de Yugoslavia, y el Gobierno del socialdemócrata Zoran Zaev da otro paso hacia su objetivo final, que no es otro que el de entrar en la UE y en la OTAN.

Macedonia inicia así la reforma constitucional que hará que oficialmente se llame Macedonia del Norte, diferenciándose de la provincia griega homónima. El otro gran artífice del acuerdo, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, lo calificó de “día de alegría”; el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, de “oportunidad histórica”, y la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, habló de que se abría “una ocasión única” para el desarrollo del país.

No es sorprendente tanta satisfacción. El viernes nadie daba el sí por seguro. El Parlamento macedonio lo aprobó a última hora en un giro inesperado de guión.

- El primer ministro macedonio, Zoran Zaev, habla ante la prensa la noche del viernes, tras lograr el apoyo de los dos tercios del Parlamento (AFP)

El gran escollo que se había puesto por delante era el referéndum de ratificación convocado el pasado 30 de septiembre. El Gobierno se impuso con más del 91% de votos. Pero fue una victoria pírrica. Casi dos tercios de los 1,8 millones de electores no fueron a votar, secundando la abstención que pedía la oposición conservadora. De esta forma la consulta quedaba invalidada por no alcanzarse el 50% de participación que exige actualmente la ley.

El Gobierno de Zoran Zaev ya se había cubierto las espaldas y había organizado un referéndum consultivo, no vinculante. De esta manera podía seguir adelante. Pero la oposición conservadora se consideraba ganadora moral y daba por sentado que podría tumbar el acuerdo este viernes en el Parlamento, donde el cambio constitucional necesitaba dos tercios de la Cámara.

Lo que no esperaban es que Zaev jugara sus cartas en la trastienda. En la votación siete diputados conservadores se saltaron la línea del partido y votaron a favor. Ayer, tras expulsarlos, el líder conservador, Hristijan Mickoski, renegaba: “Actuaron en contra de los ciudadanos; me decepcionaron a mí y al país”.

Zaev se sale con la suya y evita una crisis gubernamental, pues había dicho que si no lograba los dos tercios, convocaría elecciones anticipadas. De todas formas, quedan dos votaciones más antes de poder reformar la Carta Magna. El proceso puede prolongarse aún varios meses.

Se le hará largo a Tsipras. El primer ministro griego quiere tener el tema cerrado antes de las elecciones, previstas en principio de aquí a un año. Pero el acuerdo también ha abierto grietas en su Gobierno. Ayer tuvo que asumir la cartera de Exteriores para defenderlo. El titular, Nikos Kotziás, uno de sus principales artífices, dimitió el jueves enfrentado con el ministro de Defensa, el nacionalista Panos Kammenos, férreo opositor al pacto. Kotziás reprochó a Tsipras poco respaldado. El primer ministro griego camina por aguas pantanosas.

Autor Agencias, SKOPJE, 21/10/2018 - lavanguardia