´Para que no mienta la canción´, Quim Monzó

La Trinca cantaba una pieza cuyo truco consistía en ir insinuando que el protagonista iba a un prostíbulo a estrenarse, como había sido habitual en la plebe desde tiempos inmemoriales: "És avui quan ho faré per primer cop, / perquè un dia és un dia, o ara o mai! / Que un tingui necessitats és llei de vida / i també el cos m´ho demana, què carai! / Quan arribo allà on m´han dit / hi ha gent fent cua. / Educat, demano tanda per entrar. / Hi veig molts que dissimulen / però hi ha alguns que ja la tenen a la mà./ Després d´esperar-me gairebé mitja hora / em diuen que passi a un departament, / i allà es troba ella, tota seductora, / que sembla esperar-me temptadorament. / Me la busco i, valga´m Déu!, no me la trobo. / Ja la tinc, ja me l´he tret (quina emoció!). / Serà cosa de posar-la a l´orifici / i em preparo a efectuar la introducció. / Tota a dins la faig entrar!, no toco vores, / i així l´acte finalment he consumat". Era entonces cuando se aclaraba el asunto: "Dins de l´urna ja he ficat la papereta. / Ja he votat per primer cop, ja he votat!".

Imagínense si hará años de esa pieza que votar en unas elecciones democráticas era aún novedad. La canción - de 1977, creo-narraba los nervios del debut. Pero había unos versos que no cuadraban con la realidad. Están hacia el final. Sobre todo ese que dice "dins de l´urna ja he ficat la papereta". Resultaba chocante porque no era así. Ni ha sido así hasta ahora. Hasta ahora el votante no mete la papeleta en la urna: una vez comprobada su identidad y verificado que está en el censo, el presidente de la mesa electoral se la coge y es él quien la mete dentro. Todo el mundo lo sabía, incluidos los de La Trinca. Pero el equívoco de insinuar que uno iba a meterla por primera vez se rompía si se explicitaba que te la cogía alguien de la mesa. Por eso La Trinca se tomaba esa licencia y por eso mismo nadie se lo tenía en cuenta.

La novedad es que CiU ha presentado una proposición no de ley instando a modificar esa norma. La proposición ya ha sido aprobada y, por lo tanto, a partir de las próximas elecciones, después de que la mesa haya comprobado los datos del votante, será este quien meta personalmente la papeleta en la urna. Jordi Xuclà, diputado de CiU adscrito a la comisión Constitucional, dice que "tras treinta años de libertad de voto no hay motivo para desconfiar de la cultura democrática de los ciudadanos".

Es, además, el reparo de una injusticia. Porque, aunque la normativa prohibía que fuesen los electores quienes metiesen la papeleta, a menudo veíamos cómo los políticos lo hacían sin ningún problema, para que las cámaras captasen el momento. ¿Ellos sí y el populacho no? Modificada finalmente esa norma, treinta y pico años después de su estreno, por primera vez la canción de La Trinca no faltará a la verdad y, si uno decide ir a votar, podrá meterla sin necesidad de que sea otro quien la meta por ti.

11-II-09, Quim Monzó, lavanguardia