absueltos los cuatro acusados en el caso Anna Politkóvskaya

(dossier sobre el caso Anna Politkóvskaya)

Un brutal asesinato con tintes políticos vuelve a quedar sin resolver en Rusia. Un jurado popular puso ayer el punto final al juicio que se seguía en Moscú contra cuatro acusados de participar o ayudar en el asesinato hace tres años de la periodista Anna Politkovskaya. Declaró a todos inocentes, y la familia, los amigos de la reportera y la opinión pública occidental, fuertemente conmovida por la muerte de una mujer comprometida con los derechos humanos, se quedan sin saber quién organizó su muerte. Los allegados de Politkovskaya han denunciado que los hombres juzgados por colaboración en el crimen son peones y los verdaderos asesinos siguen libres.

Un jurado popular, formado por 12 personas, declaró por unanimidad que la fiscalía no había demostrado la complicidad en el homicidio ni de los hermanos chechenos Dzhabrail e Ibraguim Majmudov ni del funcionario del Ministerio del Interior Serguei Jadzhikurbanov. Otro implicado, un funcionario de los servicios secretos rusos (FSB), Pavel Ryaguzov, recibió el mismo veredicto en las acusaciones de abuso de poder y extorsión. Este no no estuvo directamente implicado en el asesinato, aunque presuntamente había facilitado datos de la periodista a los otros.

"No han encontrado a la persona que ordenó el asesinato, ni a los organizadores ni a las personas que cometieron el crimen", dijo la abogada de la familia de Politkovskaya, Karinna Moskalenko. Un sicario asesinó a Anna Politkovskaya en el descansillo de su casa, en el centro de Moscú, el 7 de octubre del 2006. Para los compañeros de la periodista, no habrá justicia hasta que los principales responsables sean procesados. Según la fiscalía, el ejecutor fue otro hermano de los Majmudov, llamado Rustam, que se encuentra en paradero desconocido. Nada ha dicho de la persona que encargó el crimen.

"Estamos contentos. Esto es algo que rara vez sucede en Rusia. Es lo que yo llamo justicia", declaró tras el juicio el abogado defensor Murad Musayev. El jurado deliberó durante dos horas y cuando leyó la sentencia, los cuatro acusados salieron de la celda en la que estaban recluidos para abrazarse con sus familias.

Los reportajes de Anna Politkovskaya denunciaban los abusos cometidos por las autoridades rusas en Chechenia. Sus artículos molestaron al Kremlin, pero tuvieron una gran repercusión internacional. Su muerte, que coincidió en el tiempo con el envenenamiento en Londres de Alexander Litvinenko, un ex funcionario del FSB, torció las relaciones entre Rusia y Occidente. El día elegido por el pistolero para ejecutar sus planes también es significativo: el 7 de octubre, cumpleaños del primer ministro ruso, Vladimir Putin, que entonces era presidente.

Para los abogados de Politkovskaya, los fiscales pasaron por alto este hecho y la petición de entrevistar a Ramzan Kadirov, presidente de Chechenia. Para muchos comentaristas políticos, el poder central tiene que ser el principal interesado en aclarar quién está detrás del caso para que sus relaciones con Occidente no se vean manchadas.

Politkovskaya trabajaba para el periódico Novaya Gazeta,uno de las pocas voces críticas con la política del Kremlin. El mes pasado una colaboradora de esta publicación, Anastasia Baburova, fue tiroteada en el centro de Moscú junto a Stanislav Markelov, un abogado que defendía casos de derechos humanos.

20-II-09, G. Aragonés, lavanguardia