´El lujo de Touriņo´, Anxo Lugilde

Más que comprar un coche nuevo, remodelar la presidencia de la Xunta y adquirir muebles, el verdadero lujo de Touriño ha sido creerse Fraga. Por eso se ha negado a dar explicaciones, lo que ha alimentado la campaña del PP contra el despilfarro, tan demagógica como efectiva en plena angustia económica.

Touriño y el Bloque renunciaron a cambiar Galicia, a erradicar el clientelismo, la propaganda y la manipulación informativa. Su neofraguismo les funcionó en tiempos de bonanza, en las elecciones intermedias (generales y municipales). Enfrente tenían a un PP privado de sus señas de identidad, Fraga y el poder, y con un líder, Núñez Feijóo, más flojo de lo que parecía.

Ahora el principal motor del cambio en Galicia, Zapatero, está gripado por la recesión. Y el auxiliar, el del BNG, se ha atascado en una ruinosa operación mediática. Socialistas y nacionalistas se ven ante el abismo, según unas encuestas paradójicamente mejores hoy para el PP que en el mismo punto de la campaña del 2005. El diagnóstico de los sondeos puede ser exagerado, por una mala medición de la influencia de las redes clientelares de la Xunta, en manos de PSOE yBNG. Pero ha puesto muy nerviosos a los gobernantes y ha desnudado su decepcionante gestión.

La campaña gallega, si la hay, es una carrera de tuertos. Feijóo es el que mejor va en ella, sin hacer nada especial. Touriño confunde el fin, la presidencia de la Xunta, con los medios para alcanzarla. El BNG arrancó con desánimo por la encuesta del CIS y derrapó en un nada edificante mitin con ancianos.

A fin de garantizarse la reelección, PSOE y BNG tienen cinco días para convencer de que van a sacar por fin a Galicia del fraguismo.

23-II-09, Anxo Lugilde, lavanguardia