´Salir de la crisis´, Xavier Vives

Cunde el desánimo porque no se ve el fin de la crisis. Los problemas de la banca internacional están lejos de estar solucionados aunque se haya evitado el colapso financiero. La restricción de crédito y la desaceleración brusca de la actividad económica plantean un panorama preocupante. En particular en España, dado el modelo de crecimiento basado en la construcción, el elevado déficit exterior y la imposibilidad de devaluar la moneda. Alarma el aumento del paro.

La salida usual de una devaluación que devolvería la competitividad perdida a los productos españoles no está entre las opciones (razonables). La teoría de que la entrada en el euro disciplinaría a la economía española y la haría competitiva ha fallado. No hemos hecho suficientemente los deberes. Entramos en el euro y aprovechamos la bonanza de los bajos tipos de interés (negativos en término reales algunos años) no tanto para invertir en capital físico, tecnológico y humano como para alimentar una expansión enorme en el sector inmobiliario.

Esta expansión ha fomentado la idea de que para crecer y ganar dinero no hacía falta esfuerzo, y esto ha permeado en la sociedad, empezando por la escuela. Ahora se espera que el Estado benefactor solucione la crisis y proteja completamente a los ciudadanos. No va a suceder por más declaraciones que se hagan. La salida de la crisis requerirá más trabajo y esfuerzo con una compensación que no crecerá en términos reales, y un cambio de modelo productivo que haga más competitivas las empresas.

Esto ha de implicar una política decidida de reformas y también un cambio cultural que ponga por delante el valor del esfuerzo. No hay varita mágica para salir de la crisis, serán años de trabajo e inversión para que aumente la productividad, poniendo otra vez en un lugar central a la industria y a los servicios avanzados porque la industria seguirá siendo fuente de aumentos importantes de productividad. Al mismo tiempo se deberá aumentar la competencia en los servicios como estímulo indispensable para impulsar su baja productividad e impulsar la calidad.

La crisis actual, como todas las crisis, supondrá una purga de excesos y una selección que hará crecer a las empresas eficientes y contraer a las ineficientes, y que reducirá el peso de los sectores sobredimensionados. Se saldrá antes de la crisis cuanto antes se transfiera capital de los sectores en declive a los de crecimiento potencial. Es por ello muy importante que no se pongan obstáculos artificiales a las necesarias reestructuraciones. Los intentos de protección de sectores no competitivos fracasarán a medio y largo plazo, y costarán mucho dinero al contribuyente.

25-II-09, Xavier Vives, Director del Centro Sector Público-Sector Privado de IESE, lavanguardia