´Cine infantil´, Cristina Sánchez Miret

El viernes aparecía una noticia en este periódico - a partir de las conclusiones del estudio Televisión para los niños 2008 elaborado por Manuel Sánchez, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, para la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu)-,sobre el sexismo que se sigue transmitiendo a los niños y niñas de este país en los productos audiovisuales que consumen.

El análisis explica - según se refleja en la noticia-,que los contenidos de la programación infantil televisiva, además de incitar al consumismo o a la violencia, siguen mostrando una imagen de la mujer - también de las relaciones de convivencia entre hombres y mujeres-,sexista y discriminatoria.

Como madre de un hijo en edad de programación infantil no tengo ninguna duda sobre ello. Las evidencias son constantes y persistentes. Los papeles sociales se reproducen de manera sexista, si no es en los propios niños y niñas - u otros seres animados-,protagonistas del programa, sí en sus padres, vecinos u otros personajes de la serie o de los dibujos. Lo único que es moderno es la estética - y eso tampoco se asegura en todos los casos-,no el código social.

También pasa en el cine, las grandes películas de animación por ejemplo, están llenas de chistes, dobles sentidos o guiños al espectador que animan el guión para los padres que acompañan a los pequeños al cine. La mayoría de estas gracias - que contienen muchas de ellas alusiones más o menos indirectas a conductas sexuales-se basan en estereotipos sobre los hombres y las mujeres que a veces cosifican y degradan, otras veces sólo relegan a papeles secundarios y tradicionales a las mujeres y otorgan en cambio, invariablemente, un papel dominante a los hombres.

Estas frases, expresiones o situaciones del mundo adulto en muchas ocasiones los niños no las entienden pero igualmente pasan a formar parte de sus códigos de referencia y, además, tienen un gran atractivo para ellos, no sólo porque han estado protagonizadas por la ardilla o el pingüino estrella de turno, sino porque hacen reír a los mayores dichas en la pantalla o utilizadas por ellos mismos en la vida diaria. Esto último, todavía aumenta más el interés por aprenderlas y utilizarlas.

15-III-09, Cristina Sánchez Miret, lavanguardia