´Cincuenta años, tres meses y catorce días´, Quim Monzó

El lunes, Barack Obama levantó las restricciones de viajes y de envíos de remesas a Cuba. La noticia es buena tanto para los cubanos que viven en la isla como para los que consiguieron huir de ella. Se facilitan las comunicaciones, se incrementa la frecuencia de los vuelos y los residentes en Estados Unidos pueden enviar dinero a sus familias de la isla, además de paquetes con productos de primera necesidad, incluidas semillas para plantar y material de pesca. En la tele explican que, desde ahora, las facturas de los móviles de los cubanos las podrán pagar sus familiares de Estados Unidos. De esas mejoras se pueden beneficiar todos los ciudadanos de Cuba excepto los funcionarios del régimen, resolución lógica, pues una cosa es ayudar a los cubanos que llevan décadas de penuria por la obcecación de sus dirigentes, y otra muy distinta ayudar a los que perpetúan la dictadura.

La respuesta de Fidel Castro a la nueva política estadounidense se supo ayer. En una de sus Reflexiones,Castro explica que "Cuba ha resistido y resistirá", que "seguirá adelante con la frente en alto, cooperando con los pueblos hermanos de América Latina y el Caribe, haya o no cumbres de las Américas, presida o no Barack Obama los Estados Unidos, un hombre o una mujer, un ciudadano blanco o un ciudadano negro...". Siempre la misma retórica rimbombante y vacía. Lo mejor es cuando, en un momento dado, Fidel Castro dice que Cuba "no extenderá jamás sus manos pidiendo limosna...".

He ahí la grandilocuencia de un bocazas. (De un bocazas en horas bajas, porque antes la grandilocuencia le permitía largar discursos de siete horas, todo con ese mismo repujado.) Si de verdad el Gobierno cubano no fuese a extender jamás sus manos pidiendo limosna, lo que debería hacer inmediatamente es contrarrestar con una prohibición cada mejora que ofrece Obama. Si los estadounidenses incrementan la frecuencia de los vuelos entre Estados Unidos y Cuba, pues el Gobierno cubano prohíbe ese incremento. Si los residentes en Estados Unidos pueden ahora enviar a sus familias de la isla dinero y paquetes con productos de primera necesidad, pues el Gobierno cubano veta esos envíos. Si ahora desde Estados Unidos pueden pagar las facturas de los móviles de los cubanos, pues el Gobierno prohíbe esa intromisión. Porque todo eso es una forma clara de limosna, una limosna que, como el aire que respiran, necesitan tanto los cubanos como su gobierno; aquellos para seguir malviviendo y este para continuar con su arrogancia miserable. Hay que ser fantasma para fachendear diciendo que no extenderás las manos pidiendo limosna y mantenerlas ahora bien extendidas, para recoger la que ya te están dando.

15-IV-09, Quim Monzó, lavanguardia