´Fin de los equilibrios entre Partido y Gobierno´, Gregorio Morán

Dicen los conocedores de la entraña del Partido Socialista, que en toda su historia nadie había manejado el PSOE con el desparpajo y la arbitrariedad con que lo hace Rodríguez Zapatero. Ni siquiera el fundador, Pablo Iglesias.

Fíjense en la singularidad trascendental de dejar el partido en manos de personas sin más peso político que el que les otorgue el presidente Zapatero. De portavoz y responsable una chica, Leire Pajín, ayuna de todo lo que no sea ambición, inminente senadora, que nos va a deparar ocasiones aún más hilarantes que aquella, casi inaugural, de que estaba en política para divertirse. Que el jefe de la fracción parlamentaria sea el ex ministro Alonso, que aún ayer no era ni militante, y tenga como valor político ser amigo y paisano del presidente, dice mucho. ¿Qué más da que dirija a los parlamentarios socialistas quien no es socialista si yo, que soy el que manda, le acabo de ungir y le declaro socialista de toda la vida? Y además, para ayudarle, de segundo, retiro a uno de los pocos dirigentes políticos socialistas que tienen muñeca para manejar y experiencia para convencer,estoy hablando de Ramón Jáuregui, le envío, con soberbio desdén, al elegante balneario del Parlamento Europeo, y pongo en su lugar a un buen chaval, vasco como Jáuregui, pero sin más experiencia política que un atentado terrorista que le ha dejado con minusvalías físicas pero con una imagen grandiosa. Y eso, para Zapatero, digámoslo claro, es lo único que importa.

La incorporación de Blanco y Chaves al Gobierno es la prueba de que se acabaron los equilibrios entre el partido y el Gobierno. Aquí manda el Gobierno, que será el que haga la inminente campaña electoral, que para eso Blanco recorrerá España prometiendo obras públicas - Pepiño Blanco es un político tan sucio que convierte a Alfonso Guerra en un florentino-y el curtido Chaves templará gaitas con todas las comunidades autónomas, porque es lo suyo; ha pasado por todo y no existe triquiñuela política que no haya sufrido o practicado. El poder es el Gobierno y lo demás está para garantizar que ese poder dure, a ser posible, eternamente. De todos los políticos que he conocido desde Adolfo Suárez y la transición, creo que Zapatero es el único que está absolutamente convencido de que no será oposición nunca.

Por otra parte, tampoco se inquieten por la ministra Salgado. Está ahí para asumir el papel de sparring, la que se lleva los golpes. Retirada Magdalena Álvarez,que dio probadas muestras de aguantar en el ring lo que le echaran, ahora había que retirarla porque Fomento es una baza estratégica para comprar votos y voluntades, que de eso se ocupará Blanco, jugando entre otras cosas a dividir al Partido Popular, cosa nada difícil, cuya primera operación consiste en considerar a Esperanza Aguirre interlocutor privilegiado.

18-IV-09, Gregorio Morán, lavanguardia