´El eje ferroviario mediterráneo´, Víctor Pou

En los años sesenta, el Banco Mundial recomendó la construcción de una autopista que transcurriera a lo largo de la costa mediterránea, desde la frontera francesa hasta Murcia. Afortunadamente, los gobiernos de la época hicieron caso al Banco Mundial y la obra se hizo realidad. La autopista mediterránea consiguió atravesar los Pirineos y, tras superar las reticencias francesas que retrasaron la obra, empalmó con la columna vertebral viaria que pasa por la cuenca del Ródano, Lyon y se dirige después hacia París y hacia el centro y el este de Europa.

Con el paso del tiempo, este eje debería haberse completado con la construcción, en paralelo, de un eje ferroviario para el transporte de mercancías, pero no fue así y lo estamos pagando caro. Piénsese que por la frontera de La Jonquera pasan diariamente más de 10.000 camiones y solamente unos 20 trenes de mercancías, lo que constituye un enorme despilfarro económico y un atentado medioambiental. Considérese, por otra parte, que por primera vez en los últimos cinco siglos el Mediterráneo occidental vuelve a estar estratégicamente bien situado en el tráfico comercial del mundo, como la gran puerta de entrada de Europa desde Asia.

Los sucesivos gobiernos de Madrid, al mostrarse sistemáticamente partidarios de la radialidad ferroviaria, son directamente responsables de esta situación. También lo son los sucesivos gobiernos de París, temerosos del desarrollo económico alcanzado por su vecino del sur en las últimas décadas, así como de la consolidación de una posible zona de influencia de Barcelona capaz de llegar hasta el corazón del Hexágono.

La crisis económica podría hacer cambiar las cosas. Sus efectos devastadores urgen a prestar una atención prioritaria al corredor ferroviario mediterráneo para exportar hacia Europa con el menor tiempo y coste posible, además de convertir nuestros puertos mediterráneos en la plataforma logística de recepción de las mercancías asiáticas para toda Europa.

Así lo ha entendido un lobby europeo denominado Ferrmed, nacido en Barcelona, que propicia la creación de un gran eje ferroviario de transporte de mercancías que vaya desde Algeciras hasta Helsinki, abarcando una zona que comprende el 54% de la población de la UE y el 66% de su riqueza. Esta sería, sin duda, una respuesta adecuada a los enormes retos que la crisis plantea.

20-IV-09, Víctor Pou, profesor del IESE, Universidad de Navarra, lavanguardia