´La Espaņa vertebrada´, Joan B. Casas

La globalización y la aparición de importantes áreas de gran potencial económico, algunas de ellas como en el caso de la zona euro con un elevado grado de integración, han situado en primer plano los factores de competitividad vinculados al territorio.

Como consecuencia de ello, conceptos como "corredores urbanos" de R. Florida o "estados región" de K. Ohmae se incluyen en todos los análisis sobre el crecimiento económico de las próximas décadas.

Dichos factores son de naturaleza diversa y todos ellos de enorme impacto, si bien pueden destacarse los relativos a las infraestructuras y a la financiación, entendida ésta como la disponibilidad de recursos financieros públicos y privados para, por un lado, soportar el crecimiento económico y, por otro, mantener los niveles de bienestar y cohesión social propios de las sociedades desarrolladas.

Aunque pueda parecer que este debate no está en las prioridades de las autoridades políticas y académicas españolas, no es difícil identificar en España, a partir de los factores citados, la vertebración de grandes corredores que se posicionan ante el futuro: a) Puede identificarse un corredor que atraviesa todo el territorio español, desde el País Vasco hasta Andalucía. A una red ferroviaria de alta velocidad que enlaza las capitales andaluzas con la Y vasca y con Francia se une un asimétrico, pero eficiente, sistema de financiación que empieza con el concierto vasco y navarro, continúa con unas inversiones destinadas a consolidar Madrid como el centro de referencia económico y financiero de España y se cierra con deudas históricas. b) El otro gran corredor es el mediterráneo, con el eje Barcelona-Valencia como núcleo duro. Este eje, en concreto las comunidades de Catalunya y Valencia, viene representando casi el 40% de las exportaciones españolas, a partir de una economía diversificada, abierta y altamente interrelacionada.

A pesar de esta realidad y de su potencial, la economía del eje mediterráneo presenta claros síntomas de agotamiento, como demuestra el hecho de que tanto Catalunya como Valencia están a la cola del crecimiento español de los últimos años. Sorprendentemente, no existen, ni al parecer existirán a corto plazo, infraestructuras ferroviarias de alta velocidad de transporte de mercancías y personas que unan y vertebren el corredor y el conjunto de este con Francia, que potencien su economía y que faciliten su interrelación que constituye la base de su competitividad.

Esta situación, que es especialmente preocupante para el caso de la economía valenciana, se agrava porque estas dos comunidades presentan además unos déficits fiscales muy elevados, es decir, contribuyen decisivamente a la solidaridad interterritorial después de integrar un flujo inmigratorio de los más elevados del mundo en términos relativos.

Desde la racionalidad económica resulta difícilmente comprensible que el principal núcleo económico español no disponga de las condiciones necesarias para evitar convertirse, en un entorno de globalización e integración europea, en una zona periférica. De hecho, lo realmente preocupante es que se considere que este modelo es el que realmente vertebra España.

1-V-09, Joan B. Casas, decano del Col·legi d´Economistes, lavanguardia