refugio tropical para las víctimas uigures de Guantánamo

Seguirán viviendo en un ambiente tropical, pero en circunstancias mucho mejores. Pasarán del limbo penitenciario al paraíso turístico. El minúsculo archipiélago de Palaos, en el océano Pacífico, ha aceptado acoger a los diecisiete chinos de etnia uigur que llevan casi ocho años encarcelados en Guantánamo a pesar de que Estados Unidos llegó hace tiempo a la conclusión de que no eran terroristas.

El presidente de Palaos, Johnson Toribiong, dijo a la agencia Associated Press que la decisión es un "gesto humanitario" hacia los prisioneros. "Es una manera de agradecer a nuestro mejor amigo y aliado todo lo que ha hecho por Palaos", añadió. The New York Times había adelantado la noticia en su edición de ayer.

Las islas, situadas a unos 800 kilómetros al este de Filipinas y muy frecuentadas por los amantes del submarinismo, estuvieron bajo tutela norteamericana desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta 1994, año en que se convirtieron en una república independiente. Pero el archipiélago, de sólo 20.000 habitantes, está muy vinculado a Washington, que se encarga de su defensa y le proporciona ayuda económica. Los palauanos tienen entrada libre a Estados Unidos. Las islas pertenecieron al imperio español hasta 1898.

El destino de los uigures era un quebradero de cabeza para el Pentágono y una clamorosa injusticia que debía enmendarse. El problema es que ningún país - y se contactó con un centenar-quería hacerse cargo de ellos. Permitirles residir en EE. UU. era políticamente inviable. Y devolverlos a China estaba descartado, pues se temía que, por su militancia islamista y separatista, serían perseguidos o incluso ejecutados. En el 2006, la administración Bush convenció a Albania para que aceptase a cinco uigures de Guantánamo. El país balcánico no ha querido recibir a más por temor a represalias de Pekín. Palaos, en cambio, no mantiene relaciones diplomáticas con China, sino con Taiwán. Eso la hace menos vulnerable al castigo chino. Otra ventaja puede ser la composición multiétnica de Palaos, donde vive población de origen chino y filipino. Washington está dispuesto a conceder al archipiélago, como compensación, una ayuda de 200 millones de dólares destinada al desarrollo.

Los uigures, de religión musulmana, proceden de la vasta región china de Xinjiang, que tiene frontera con Afganistán, Pakistán y varias repúblicas ex soviéticas. Las autoridades comunistas de Pekín, celosas de la cohesión nacional, aplican desde hace décadas una política represiva.

11-VI-09, E. Val, lavanguardia

A la espera de que la mayoría de los prisioneros chinos uigures que están en Guantánamo sean trasladados a las islas Palaos, en el Pacífico, cuatro de ellos recuperaron la libertad en las islas Bermudas, en el Atlántico. El primer ministro de este territorio británico, Ewart Brown, dijo que los uigures tendrán estatuto de refugiado, podrán trabajar y, eventualmente, adquirir la nacionalidad, o también mudarse a otro país.

12-VI-09, E. Val, lavanguardia

La promesa de cerrar Guantánamo, reiterada ayer por Barack Obama en El Cairo, recibió ayer el inestimable apoyo de la UE para ponerla en práctica. Tras meses de debates, los ministros de Interior europeos acordaron las condiciones bajo las que algunos países acogerán presos liberados sin cargos, que no pueden volver a sus países de origen por temor a represalias y que quieren residir en un país europeo. Hay unas 60 personas en esta situación. El acuerdo les obliga a intercambiar los datos de los solicitantes antes y después de aceptarlos, para contrastar la información de los servicios de inteligencia nacionales, aunque fuentes comunitarias destacan que ninguno de los ex detenidos europeos retornados a la UE han supuesto riesgos. Alrededor de una decena de países, entre ellos España, están dispuestos a colaborar. Antonio Camacho, secretario de Estado de Seguridad, celebró el fin de este "elemento distorsionador con los países musulmanes" y dijo se dará prioridad a los presos que tengan una "relación particular" con España. La coalición de gobierno alemana sigue dividida sobre el asunto y el ministro Wolfgang Schäuble (CDU) se preguntó ayer "porqué no pueden quedarse en EE. UU. si no plantean problemas de seguridad". El paso es relevante para Obama no sólo de cara al exterior sino para facilitar el debate interno; dos de cada tres estadounidenses se oponen al cierre del penal, según un sondeo.

5-VI-09, B. Navarro, lavanguardia