la guerra en/por Waziristán del Sur

Los misiles lanzados el martes desde aviones no tripulados estadounidenses causaron, en el distrito pakistaní de Waziristán del Sur, decenas de muertos, según se supo ayer. Entre ellos hay civiles y milicianos islamistas de bajo rango que asistían al entierro de las víctimas de un ataque similar. Otro aparato no tripulado había asaltado el centro del jefe talibán Baitulá Mehsud dejando seis muertos, sin afectar al líder.

La cifra de de víctimas mortales es incierta. Una fuente oficial pakistaní aseguró que las del segundo ataque habían sido 65; el portavoz del ejército, Athar Abbas, la rebajó a 35 y algunos medios de comunicación la elevaron a 80. Es la primera vez que los mandos militares pakistaníes dan cifras de muertos en este tipo de ataques, no reconocidos hasta ahora en público por las autoridades del país.

Los bombardeos norteamericanos de anteayer son los más importantes en lo que va de año en esa zona fronteriza con Afganistán, bastión del Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP, siglas en pakistaní), de Mehsud. Se atribuye a este líder numerosos atentados, incluso su participación en el asesinato de Bhutto.

El ejército pakistaní está preparando una gran ofensiva en Waziristán del Sur. Las tropas bombardean desde hace más de una semana escondites de los insurgentes e intentan recuperar el control de carreteras importantes antes de dar comienzo al grueso de la operación contra Mehsud, anunciada hace diez días. después de la efectuada en Swat, más al norte del país.

Los bombardeos de EE. UU., que operan desde el vecino Afganistán, ilustran la cooperación con las fuerzas locales. Pese a ello, Athar Abas declaró que los ataques con aviones no pilotados - en la zona sólo los posee la aviación estadounidense y la CIA-son "una acción independiente de EE. UU. que no forma parte de nuestra estrategia".

Esta afirmación se explica porque los ataques con aviones no tripulados están mal vistos por la población local recelosa de la alianza con Washington. Sin embargo, estos bombardeos en las áreas tribales fronterizas con Afganistán cuentan con el consentimiento tácito y el suministro de información de Pakistán, según admiten fuentes de de los servicios secretos de ambos países. Para EE. UU. Pakistán es un aliado vital en su lucha por derrotar a Al Qaeda y estabilizar Afganistán.

El analista pakistaní, Humayun Jan, destaca que el ejército tiene una estrategia para Waziristán que pasa por "colaborar con EE. UU,, crear divisiones en la tribu de Mehsud y recurrir a bombardeos aéreos y a la artillería pesada para barrer el territorio".

25-VI-09, afp/reuters/efe, lavanguardia