disturbios en Xinjiang (Turquestán Oriental ´chino´) por colonización y dictadura étnica

Xinjiang (Turquestán Oriental ´chino´): un problema secular pendiente y candente

Le Xinjiang s´embrase, Internet témoigne
Emeutes sans précédent en Chine dans une province à majorité musulmane

Reemprenden las manifestaciones de uigures en el Xinjiang (Turquestan Oriental): 140 muertos y 816 heridos

ver también: temas a fondo >
Turkestan Oriental (Xingiang), el principal problema nacional de China

Después de tres días de gravísimos enfrentamientos etnicos, Urumqi, la capital de la región de Xinjiang, se acostó ayer con toque de queda -"para evitar un aumento del caos", según el secretario del Partido Comunista local- y se levantará hoy masticando un odio acumulado que va a ser difícil de borrar.

La frontera es nítida. Por un lado, la población han, etnia mayoritaria en China y que - a base de desplazamientos de población-ya es mayoritara en Urumqi y en las grandes ciudades de Xinjiang. Por otro lado, la población uigur, en su mayoría musulmanes cultural y lingüísticamente vinculados a Asia Central, hoy minoritarios en su propia capital y en retroceso en su propio territorio (ya son sólo la mitad de la población de Xinjiang).

Son algunas de las escenas que ayer vivió la ciudad de Urumqi: grupos de la etnia han asediando a uigures refugiados en el interior de una mezquita, decenas de mujeres uigures clamando por la liberación de los detenidos, los han con palos en la mano y cantando el himno nacional chino, y las declaraciones de un manifestante uigur que resumía la imparable dinámica de los choques:

"Ellos nos han atacado. Ahora es nuestro turno: ahora los vamos a atacar nosotros".

No está claro si la protesta de los uigures se ha extendido por otras zonas de Xinjiang. El lunes por la tarde, la policía dispersó a dos centenares de manifestantes en la mezquita de Kashgar, al sur de la provincia.

La espiral de tensiones empezó a finales de junio, cuando Zhu, un trabajador de la etnia han perdió su trabajo en la fábrica de juguetes de Shaoguan, provincia de Guangdong, una planta cuya mano de obra es mayoritariamente inmigrante uigur. Para expresar su descontento por no haber encontrado otro empleo, Zhu difundió a través de una web local que seis adolescentes uigures habían violado a dos chicas de la etnia han. Un bulo que activó la mecha de los enfrentamientos.

El gobierno provincial de Xinjiang acusa a la líder uigur en el exilio, Rebiya Kadeer, candidata al premio Nobel de la Paz, de instigar las protestas a través de internet. Kadeer, una empresaria uigur que llegó a formar parte del Parlamento chino, lidera una organización que defiende los derechos de los uigures ante la colonización han y que aboga por la independencia de Xinjiang.

Junto con Tíbet, Xinjiang es la región de China más étnica y políticamente sensible, y en los dos territorios Pekín intenta controlar la vida religiosa y cultural, con promesas de desarrollo económico y prosperidad.

La violencia parece tener poco impacto en los mercados financieros chinos: la bolsa de Pekín bajó ayer por motivos más bien técnicos y el yuan ganaba puntos frente al dólar.

Xinjiang, la principal región musulmana de China, lleva ya tiempo en tensión, atizada por la brecha económica que se ha abierto entre los empobrecidos uigures y los hanes, que ya son mayoritarios en las grandes ciudades de la provincia.

Pekín ha inyectado dinero en la explotación de los ricos yacimientos de gas y petróleo de esta estratégica región, que limita con Pakistán, Afganistán y Asia Central, pero los uigures afirman que los principales beneficiarios de estas inversiones son los emigrantes de la etnia han.

8-VII-09, reuters, lavanguardia