policía y ejército chinos mantienen el acoso a los uigures

La tensión se volvió a apoderar ayer durante unas horas de Urumqi, la capital de la región de Xinjiang. Miembros de la policía china mataron a dos uigures e hirieron a un tercero en el barrio musulmán de la ciudad.

Este incidente mortal evidencia que persiste una fuerte tensión en la ciudad una semana después de que Urumqi viviera unos sangrientos choques interétnicos entre uigures y hanes. Una violencia que se saldó con 184 muertos y 1.680 heridos.

La policía disparó sobre los tres uigures para proteger a una cuarta persona que era atacada por los fallecidos, que iban armados con grandes cuchillos y palos, según la radio pública china. El altercado se produjo cerca del Hospital Popular de Jiefang Nanlu en el barrio musulmán de Urumqi, según testigos.

Las fuerzas de seguridad actuaron correctamente, según las mismas fuentes. "Primero dispararon al aire y sólo se defendieron cuando los tres uigures intentaron atacarles con cuchillos y palos", explicó uno de los testigos presenciales, según la radio pública de Hong Kong.

Cientos de policías antidisturbios y soldados bloquearon enseguida el barrio musulmán. Tiendas y restaurantes cerraron sus puertas y las calles quedaron vacías. Poco después, las fuerzas del orden levantaron la alerta y la calma volvió a la zona.

Tras este incidente las fuerzas de seguridad redoblaron la vigilancia en la zona musulmana y sus alrededores. Grupos de de soldados patrullan por la calles de la zona con sus armas semiautomáticas a punto.

 Rebiya Kadeer

La muerte de estos dos uigures truncó el clima de normalidad que poco a poco iba retornando a la ciudad, aunque buena parte de la población de la minoría musulmana sigue mostrandose recelosa. Un camarero uigur de un resturante caro de la ciudad, señalaba que, aunque no apoyaba la violencia, entendía la frustración de la gente. "Mire a su alrededor un 90% de todos los negocios son propiedad de los han. Todo lo que he podido lograr es este trabajo", se queja tras explicar que se graduó en la universidad como ingeniero .

A su vez la policía dictó ayer nuevas normas para normalizar la vida en Urumqi. Ha prohibido a sus habitantes gritar consignas, colgar carteles o repartir folletos y ha advertido de que confiscará todo cuchillo o bastón que vea en las calles. Y les exige llevar documento de identidad para ser identificados en cualquier momento. Todo ello unido a los cortes de internet y de telefonía muestran que la situación sigue tensa en la ciudad.

Y el Partido Comunista de China (PCCh) ha dictado nuevas exigencias a los altos cargos. Amenaza con destituirlos si no manejan correctamente las protestas masivas o accidentes, de forma que provoquen la excitación de la gente. Estas normas se dirigen principalmente a los líderes provinciales y locales.

14-VII-09, I. Ambrós, lavanguardia