´Poner el contador a cero´, Alfred Font Barrot

Para cualquier persona es importante saber si está adoptando una decisión racional - en relación con sus intereses y objetivos-o una decisión absurda. Para algunas ciencias, como la ciencia económica, la suposición de que actuamos racionalmente es indispensable para poder armar modelos y hacer predicciones. Y sin embargo... cada día comprobamos con desaliento cómo nos desviamos de la racionalidad y elegimos opciones en contra de nuestros intereses por el efecto de unos fenómenos llamados trampas decisionales.

Una de esas trampas es el efecto de los costes sumergidos. Consiste en lo siguiente: quienes han invertido tiempo, dinero o dedicación personal para hacer o conseguir algo tienden a continuar haciéndolo aunque se revele equivocado y les proporcione más pérdidas que ganancias. Cuando uno ya ha esperado mucho rato al metro tiende a continuar esperándolo, aunque se haga cada vez más evidente que el servicio está interrumpido y que uno va a llegar tarde. Parejas que llevan varias décadas llevándose muy mal piensan que no tiene sentido divorciarse ahora, después de tanto tiempo, y que lo adecuado es seguir martirizándose. La mayoría de los espectadores aguanta hasta el final una película insufrible simplemente porque ha pagado la entrada. Accionistas de empresas que van imparables a la quiebra se resisten a vender sus títulos cuando aún valen algo porque perderían dinero sobre el precio al que los adquirieron, y así se arruinan del todo. Cuando al poco de iniciarse una obra pública la iniciativa se revela claramente mal planeada o inútil, la administración siempre decide continuar con ella, cueste lo que cueste: ¿cómo vamos a tirar ahora los cien millones del contribuyente que ya nos hemos gastado?, se preguntan los responsables.

Tales decisiones se basan en un error contable. Nos cuesta aceptar que lo que se ha perdido está perdido y es irrecuperable. Lo que tendría que fundamentar nuestras decisiones racionales es el futuro, lo que ganaremos o perderemos a partir de ahora, con el contador a cero. Las épocas de crisis dejan al descubierto muchos costes sumergidos y suponen una excelente oportunidad para reflexionar sobre lo que realmente queremos que sea el resto de nuestra vida y decidir en consecuencia.

3-VIII-09, Alfred Font Barrot, director del posgrado de Negociación Estratégicadel IDEC (UPF), lavanguardia