ŽArenys, en el mapaŽ, Enric Sierra

Me imagino algunos despachos políticos de España con mapas colgados en la pared en los que destaca un círculo rojo sobre el dichoso municipio de Arenys de Munt, ese pueblo catalán que quiere hacer un referéndum por la independencia. También me imagino a algún dirigente pidiendo a sus asesores que averigüen qué les pasa a los arenyenses para que les haya entrado esta urgencia segregacionista. La verdad es que, dadas las reacciones desproporcionadas e incluso histéricas que se han oído sobre la consulta del domingo, la situación recuerda a la historia del pequeño poblado galo de Astérix y Obélix.

No obstante, intentemos ayudar a los mencionados asesores. Arenys de Munt es un municipio con once siglos largos de historia de marcado perfil catalanista y tirada republicana. El primer alcalde que tuvieron tras la dictadura fue de ERC. El actual formó parte de ese partido y ahora lidera una agrupación independiente nacida al amparo de ICV. Es un lugar muy bonito, de tradición agrícola y con una riera que se está canalizando, curiosamente, con fondos del Estado. Son muy dados a la participación ciudadana. Precisamente, este mes hará cuatro años que el mencionado proyecto de canalización de la riera mereció otro referéndum en el que ganó el sí.

Señores asesores, en Arenys no pasa nada raro. No debería atemorizar a nadie que una entidad civil privada convoque una consulta, ya sea con permiso o sin él. Que no se preocupen los aterrorizados críticos con este asunto porque nadie va a colocar una frontera en la riera aunque el resultado del referéndum sea sí a la independencia. Sin tener la bola de vidrio, ya les digo que saldrá que sí porque la mayoría de los que irán a votar o han votado ya por correo son los más convencidos. El resto se quedará en casa o bajará a la playa. Este resultado y los que se registren en los municipios que ya se han apuntado a la iniciativa deben llevar a la reflexión sobre la existencia del sentimiento de una parte de la sociedad catalana que no es nuevo y que hay que tener en cuenta. Intentar silenciarlo o prohibirlo es una estupidez.

7-IX-09, Enric Sierra, lavanguardia