´La vejez no es lo que era´, Màrius Carol

Un barcelonés que nació cuando se publicó el primer ejemplar de La Vanguardia en 1881 tenía una expectativa de vida de 39 años, mientras que los recién nacidos actuales se calcula que alcanzarán los cien años. El lunes se concedió el premio Nobel de Medicina a tres científicos afincados en EE. UU. (dos de ellos mujeres) que han empezado a desarrollar terapias para frenar el envejecimiento de las células, lo que abre la posibilidad de alargar la vida media en personas sanas, algo que ya se ha experimentados en ratones, consiguiendo prolongar su existencia un 40%.

La esperanza de vida depende de distintos factores, entre ellos la alimentación, el grado de estrés o el modelo de desarrollo de los países. Si se consulta el portal World Life Expectancy Map, uno puede buscar el promedio de vida de los distintos países. Según este ranking, Andorra es el que presenta una mayor expectativa, con 82,5 años, seguida de Japón, con 82,1 y Singapur con 82,0. España figura en decimoquinto lugar, con 80,1. Contrastan estos datos con los correspondientes a los colistas, que son Angola, con 38,2 y Swazilandia, con 31,9.

El hecho de vivir más años está cuestionando el modelo económico vigente, por cuanto pensar que la etapa de jubilación puede alcanzar treinta o cuarenta años, es decir más tiempo que la propia etapa laboral de las personas, invita a pensar en el colapso del sistema de pensiones. Dentro de unos años deberemos cambiar el discurso de las prejubilaciones por el de las posjubilaciones. De hecho, hoy nadie se considera un anciano. Una de las protestas habituales en los diarios es la de los lectores que ven en una información "un anciano de 75 años" y les falta tiempo para llamar quejándose de tal consideración. Pero igualmente los periódicos pueden dar fe de los mismos reproches cuando el redactor se ha referido a alguien de 85. En el fondo, uno acaba por pensar que los ancianos no existen o, al menos, muchos de los que podrían parecerlo no tienen ningún interés en que se les reconozca como tales.

El Antiguo Testamento nos habla de Matusalén como la persona más longeva de su tiempo, que alcanzó la edad de 969 y que murió con el gran diluvio. Sin embargo, quienes interpretan la Biblia corrigen que existe una confusión entre ciclos lunares y solares, lo que situaría la edad de su muerte a los 78, algo que parece más razonable, y que era elevada para su tiempo. Los nuevos matusalenes son estos niños de principios del siglo XXI que alcanzarán el siglo XXII sin demasiados problemas. Y que aún aceptarán de peor grado que les llamen ancianos a los 75, si todavía disponen de un cuarto de siglo por delante.

La vejez ya no es lo que era. Posiblemente por ello su mejor definición corresponde a la escritora Françoise Giroud, quien proclamó. "No hay vejez mientras existe el deseo".

7-X-09, Màrius Carol