y ahora, los tejemanejes para nombrar los Comisarios...

Acordados los puestos más visibles del nuevo entramado institucional de la UE, llegó el momento de cobrarse favores con José Manuel Durão Barroso, que en septiembre se aseguró su continuidad al frente de la Comisión Europea gracias al apoyo de gobiernos a priori poco favorables a su continuidad.

La batalla no terminó el jueves con la criticada elección de dos políticos de Bélgica y el Reino Unido para completar el primer triunvirato fruto de la entrada en vigor del tratado de Lisboa. En el día a día, el poder se ejerce y se pelea en el Berlaymont, el edificio que aloja a los 26 comisarios del Ejecutivo comunitario. Y las capitales europeas están haciendo valer sus bazas ante el capitán del nuevo equipo para asegurarse sus carteras más influyentes.

En teoría, el responsable último del reparto es Durão Barroso, aunque algunos países le han marcado bien el terreno. Nicolas Sarkozy confirmó el jueves a Michel Barnier (ex comisario europeo, ex ministro de Agricultura y eurodiputado) como representante de Francia en el nuevo Ejecutivo. El presidente de la República, poco afín al portugués, no lo dice, pero fuentes diplomáticas francesas aseguran que está casi cerrado que Barnier tendrá la cartera de Mercado Interior. ¿Será el precio por aceptar que una británica que no habla francés esté al frente de la diplomacia comunitaria?

Francia desea además que este portafolio mantenga sus competencias en el área de regulación financiera, algo que preocupa a la City londinense. No es ningún secreto que Sarkozy desea convertir a París en la alternativa financiera a Londres y, lo consiga o no, es evidente que dejará su impronta "intervencionista" en futuras normas sobre mercados. El Reino Unido ha perdido la oportunidad de influir en este terreno al aceptar que su representante sea Catherine Ashton, en calidad de alta representante de Exteriores y vicepresidenta de la Comisión.

La exigencia de París puede entrar en colisión con los intereses de España. Aunque, como ayer resaltó en televisión Joaquín Almunia - actual comisario de Asuntos Económicos-,el Gobierno todavía no lo ha ratificado "formalmente" ante Bruselas, se da por sentado que seguirá en el puesto. Barroso pensó en él para una posible cartera independiente de regulación financiera, candidatura reforzada por el buen expediente de España en la materia (el enfoque del Banco de España ha sido el modelo para la reforma en ciernes de las normas de la UE).

Sin embargo, a Almunia se le ha abierto una perspectiva más interesante: asumir la poderosa cartera de Competencia. Según fuentes comunitarias, tiene muchos puntos para relevar a Neelie Kroes. La holandesa no tiene asegurada su permanencia en Bruselas (pertenece al Partido Liberal, arrojado del poder por una coalición de democristianos y socialdemócratas). Y, aunque se quede, Barroso quiere cambios.

El presidente Rodríguez Zapatero tuvo un papel fundamental en la reelección de Barroso, votando a su favor y contra de la posición de los socialistas europeos. Yha dicho varias veces que desea una cartera "de responsabilidad sobre todo económica".

Al Gobierno no le importaría que Almunia siguiera en Asuntos Económicos. No es una cartera estratégica aunque sí es clave en este momento, ya que su responsable deberá decidir a qué ritmo deben retirarse los planes de gasto para salir de los números rojos. Quien también desea seguir en su puesto es el comisario italiano Antonio Tajani, en Transportes, aunque ampliando sus competencias al sector del automóvil. Es poco probable que Barroso acepte.

Berlín sorprendió a todos anunciando en octubre que su próximo comisario será el presidente de Baden-Württemberg, Günter Oettinger: Barroso ha tenido que desmentir que preguntara "¿pero quién es ese tipo?" cuando se enteró.

Lo cierto es que la elección de un político de provincias con una carrera en decadencia plantea interrogantes sobre el interés de Berlín en las instituciones, aunque se prepare para el asalto al BCE y su influencia esté fuera de toda duda. Ahora Barroso debe buscarle acomodo en una cartera de peso al nivel de Alemania, manteniendo el cargo de vicepresidente. Berlín aspiraría a seguir al frente de Industria, quizás con más competencias.

El nuevo equipo será examinado y votado en enero por el Parlamento Europeo. A falta de tres países por confirmar su representante, por ahora sólo seis de los 27 estados miembros han designado mujeres: Bulgaria, Chipre, Irlanda, Luxemburgo, Suecia y Grecia, que enviará a Maria Damanaki, símbolo de la lucha contra la dictadura.

24-XI-09, B. Navarro, lavanguardia