(caso Haidar:) ´Palabra de Washington´, Miguel Ángel Aguilar

Situación. La respetada señora Aminatu Haidar, activista de los derechos humanos y de la causa de la independencia saharaui, arriesga su vida con una huelga de hambre, que cumple ya 30 días. Reclama su regreso a El Aaiún, desde donde al llegar al aeropuerto procedente de Gran Canaria la policía marroquí le retiró su pasaporte y la subió al día siguiente, 14 de noviembre, a bordo de un avión con destino a Lanzarote. Era el vuelo CAU 115 de Canarias Aeronáutica. El comandante del avión, advertido por Haidar de las circunstancias forzadas y de encontrarse indocumentada, hizo consultas telefónicas y cambió de criterio al saber que Haidar sería aceptada en Lanzarote. ¿Hubo, y en qué nivel, complicidad española en la deportación?

Antecedentes. Descubrimos con gran aparato periodístico que existen los saharauis; que siguen pendientes de cumplirse las resoluciones de las Naciones Unidas sobre una consulta a la población para determinar el futuro del territorio; que el Gobierno exangüe de Franco suspendió su presencia y responsabilidades en la administración del Sáhara; que se suscribió un acuerdo tripartito, arrancado en circunstancias límite, el cual supuso en la práctica la entrega a Marruecos de lo que había sido declarado provincia española, así como el desentendimiento de quienes tenían la hipotética condición de compatriotas nuestros; que reina una mala conciencia entre la ciudadanía; que las fuerzas políticas proclaman su solidaridad hasta que adquieren responsabilidades de gobierno y anteponen la necesidad del entendimiento con Marruecos; que Mohamed VI es mejor que las alternativas de fundamentalismo islámico al modo iraní; que un Sáhara independiente con 250.000 kilómetros cuadrados, equivalente a media España, y menos de 200.000 habitantes, podría llegar a ser un estado fallido al lado de Canarias.

Solución. Comprometer a Washington porque fue Kissinger, secretario de Estado, quien dijo: "El Sáhara para Marruecos", en 1975. Entonces España no podía resistir las presiones. París estaba con Hasan II y Washington también y nos prohibió usar en ese escenario el material bélico de procedencia norteamericana. La señora Clinton es seguro que será escuchada en Rabat.

15-XII-09, Miguel Ángel Aguilar, lavanguardia