´¿Conminados a un nombre?, Quim Monzó

He ido al oftalmólogo. Me ha cambiado la graduación de las gafas. En el ojo derecho me ha aumentado la presbicia y me ha rebajado el astigmatismo. Con la receta en el bolsillo me he ido al óptico. He dejado las gafas viejas para que me cambie los cristales y, ya puestos, me he hecho unas nuevas, sólo para leer.

Y entonces, en el momento de irme, me ha dicho: "Bueno, ya te invitaremos a la inauguración del Col · legi...". ¿Del Col · legi? Me ha explicado que, hace un par de meses, él y parte de los ópticos catalanes leyeron un artículo que publiqué aquí sobre la nueva sede del Col · legi Oficial d´Òptics Optometristes i Òptiques Optometristes de Catalunya, en la calle Rocafort. Me ha confesado que, como el nombre es tan ridículo, el letrero lo han puesto en letras pequeñas y discretas: grises sobre fondo negro.

- ¿No os gusta el nombre? - le digo.

Me cuenta que es un nombre impuesto, que ellos estaban contentos con el de Col · legi Oficial d´Òptics Optometristes, pero que "la Generalitat" les obligó a cambiarlo por Col · legi Oficial d´Òptics Optometristes i Òptiques Optometristes. ¿La Generalitat?, me sorprendo. ¿Cómo va a meterse la Generalitat en eso? Me dice que no es cosa de ahora, sino de cuando CiU daba los últimos coletazos en el Govern. Pidieron una entrevista con el Institut Català de la Dona (no fue de les Dones hasta el 2005, creo). Se entrevistaron con una de las mandamases y le dijeron que el nombre al que les conminaban es absurdo, que una cosa es el sexo y otra (gramatical) el género, y que la expresión "òptics optometristes" incluye tanto a los ópticos que tienen genitales externos como a los que los tienen internos, y que a ver si se podían ahorrar esa ridiculez. La mandamás - bastante descortés, me explica-les dijo que nanay, que así tenía que llamarse y punto. Me dice luego que en principio sucedió algo parecido con el equivalente español de ese colegio. (Supongo que debe referirse al Colegio Nacional de Ópticos-optometristas de España. Si se trata de ese, calculo que la propuesta debió ser cambiarlo por Colegio Nacional de Ópticos-optometristas y Ópticas-optometristas de España.) También allí pidieron una entrevista con los que ordenaban el cambio, pero el resultado fue diferente: atendieron al razonamiento y reconocieron que ponerle Colegio Nacional de Ópticos-optometristas y Ópticas-optometristas hubiese sido una payasada, de modo que el nombre siguió como estaba.

Si lo que mi óptico me explica sobre la entrevista en el Institut Català de la Dona es verdad y la época indicada también - en principio no tengo por qué dudar de sus palabras-,me encantaría que Joana Ortega, que es quien en aquella época dirigía el Institut, explicase por qué se dio la orden de rebautizar al Col · legi con la actual mamarrachada de nombre. Y si no es verdad, cambiaré de óptico.

14-I-10, Quim Monzó, lavanguardia