´Tarea para Aminatu´, Miguel Ángel Aguilar

Nuestra Aminatu Haidar, que nos puso a mil durante su estancia en Lanzarote, después de los errores encadenados -y vaya usted a saber si consensuados- del Ministerio de Asuntos Exteriores y su homólogo de Rabat, anda estos días de revisión médica en Madrid. Desde su reentrada en El Aaiún sabemos que ha vivido prácticamente aislada porque la policía impide el acceso a su casa salvo a quienes consigan unos permisos que tampoco se sabe cómo tramitar. Las jornadas madrileñas seguro que además de alivio terapéutico a sus dolencias, en parte contraídas durante sus treinta días de huelga de hambre, le habrán proporcionado la descarga de tantas tensiones psicológicas y la posibilidad de valiosos contactos políticos tan útiles para su causa.

Una causa que los españoles sienten como propia, imbuidos de manera indeleble por la mala conciencia surgida de la forma indebida en que se puso fin a nuestros deberes como potencia administradora mediante el malhadado acuerdo tripartito firmado con Marruecos y Mauritania en Madrid el 14 de noviembre de 1975. Falta por levantar el mapa de la cooperación y las ayudas que comunidades autónomas y ayuntamientos prestan desde entonces al pueblo saharaui, pero es bien sabido que todo ese esfuerzo de solidaridad responde a la idea de la deuda aún pendiente con quienes un día tuvieron la ciudadanía española, es decir, integrantes de nuestro país.

La población sufriente del que llamábamos Sáhara Occidental se encuentra escindida en dos contingentes principales. El de los que optaron por permanecer en sus tierras y casas tras la llegada del ocupante marroquí y el de los que se exiliaron y fueron acogidos en los campos de refugiados que Argelia dispuso en Tinduf. De la lucha por los derechos humanos en el Sáhara, Aminatu da testimonio permanente, pero la situación de los saharauis en Tinduf reclama también una atención que nadie presta. El informe Stonewalling on Refugee Rights: Algeria and the Sahrawi,redactado por la ONG US Committee for Refugees and Immigrants, tras una encuesta en Tinduf en julio del 2009, describe una ratonera donde rige un sistema que niega derechos elementales. Aminatu tendría allí una gran tarea.

16-II-10, Miguel Ángel Aguilar, lavanguardia