´Políticos de parvulario´, Pilar Rahola

...en la dinámica de partidos en la que estamos instalados, la transparencia del siglo XXI casa mal con unos partidos del XX cuya mentalidad, probablemente, está arraigada en el XIX. Fíjense en la contradicción. Los partidos políticos son una estructura básica de la democracia española, como tiene que ser. Y, sin embargo, son los artefactos más antidemocráticos de todo el espectro colectivo, lo cual no tendría que ser. Ridiculizar a un líder porque ha dicho lo que pensaba, y obligarlo a pedir perdón, es tanto como tratar de párvulos a los representantes públicos yde escenario de cartón a los ciudadanos. Este estilo de hacer política es viejo, caduco, inaceptable en los tiempos de la democracia ciudadana. Y si el líder de un partido lo hace, entonces no estamos ante un líder político, estamos ante un comisario político.

La cuestión es si esta forma de actuar aún sirve. Sin duda, cada vez menos. Pero parece que los partidos políticos no se enteran, quizás porque la mayoría de sus líderes llevan tantos años en la política que acumulan telarañas. Alejados de la realidad, además, la mayoría de ellos ni tan solo sabe lo que es el mercado laboral, porque nunca han trabajado. Es decir, no saben lo que es una cuenta de explotación ni una nómina. De ahí cuelgan algunos de los males. Porque no nos engañemos. En el mercado laboral, el buen profesional triunfa. Pero en el mercado político, las virtudes son otras, y tienen más que ver con el medrar, el callar, el cortar cabezas y el pelotear, que con la profesionalidad. Ergo, no resulta extraño que un tipo con ideas propias sea un valor en una empresa y un peligro en un partido. El mundo al revés, y así nos va.

17-II-10, Pilar Rahola, lavanguardia