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Es como si hubieran muerto dos personas diferentes, como por otra parte cabía esperar al tratarse de un preso político. Máxime en un país considerado a sí mismo en guerra contra un "imperio" que extiende su hegemonía a la mayor parte de los medios de comunicación occidentales y, por tanto, a las versiones que en este hemisferio predominan en torno a todo aquel que ha sido encarcelado por simpatizar con dicho enemigo.
Orlando Zapata Tamayo
Casi sobra recordar que, para los diversos grupos de la disidencia cubana, Orlando Zapata Tamayo es un mártir por la libertad. Pero pocos detalles han trascendido de su carácter y su vida. Sabemos que nació en Santiago de Cuba el 15 de mayo de 1967 y que era negro; que cuando murió estaba soltero y no tenía hijos; que, antes de entrar en la cárcel, trabajaba como obrero de la construcción, con credenciales de albañil y fontanero. Y que su instrucción era limitada.
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Compañeros de batallas lo definían ayer como "un hombre humilde y reservado", poco dado al protagonismo pero que "no toleraba la injusticia y saltaba con cierta facilidad" ante lo que consideraba una agresión a su persona, a un amigo oaun compañero de cárcel.
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Lo que en otras palabras podría denominarse "ira del justo" se dibujaba sin embargo como pura agresividad en las descripciones que desde medios oficiales o próximos al Gobierno cubano se colgaron o dejaron circular a través de ciertas webs. Habituales colaboradores del PC cubano se aprestaron, tras el fallecimiento de Zapata, a ilustrar a los lectores sobre el historial de "delincuencia común" que también la embajada de Cuba en España señaló en una nota.
Martha Beatriz Roque (& cia)
No dejó de subrayarse en tales informaciones "aclaratorias" que Zapata fue condenado en el 2004 por "desorden público, desacato y resistencia". Y que en realidad no formaba parte de los 75 disidentes detenidos y encarcelados en la primavera negra del 2003,si bien un repaso a la fecha de sus detenciones y a los detalles de aquellos hechos permite sostener que sí hubo una relación aunque Zapata y otros tres detenidos con penas menores fueran separados del resto a efectos procesales.
A Orlando Zapata lo arrestaron el 6 de diciembre del 2002 por desacato y le otorgaron la libertad condicional el 7 de marzo del 2003. Pero el día 20 de ese mismo mes lo detuvieron nuevamente por participar en un ayuno junto a cinco opositores encabezados por Martha Beatriz Roque. Sucesivos incidentes dentro del penal Kilo 8 de Camagüey le costarían otras tantas condenas que sumaron 36 años.
Además, Zapata había sido relacionado en el 2001 con el disidente Oswaldo Payá, según se reconocía en la nota de la embajada, y era miembro del partido Alternativa Republicana.
También la madre de Orlando Zapata, Reina Tamayo, fue vinculada por el Gobierno - siempre a través de la embajada en España-a movimientos de oposición: en concreto, según la nota, "se vinculó a actividades de grupos contrarrevolucionarios, por las cuales recibía dinero de organizaciones que actúan en territorio de Estados Unidos, como la Fundación Nacional Cubano-Americana".
Tanto Reina Tamayo como la hermana menor de Orlando, del mismo nombre que la madre, insistieron en que su ser querido recibió malos tratos en la cárcel. La hermana precisó que la huelga de hambre empezó cuando los carceleros le denegaron dos peticiones: "Ver el sol" y pasar a una celda que no tuviera que compartir con 30 convictos.
Orlando Zapata era en todo caso un disidente de base; de los que no salen en los medios, salvo por alguna foto en que aparecen de refilón. Los que integran una tropa por ahora muy reducida pero que, a partir de su muerte, puede adquirir otro relieve.
27-II-10, F. García, lavanguardia
