Entender el comportamiento de la omnipotente y omnipresente SGAE es un misterio. Que defiendan los derechos de autor me parece correcto, aunque podríamos matizar cómo entienden esta defensa, en qué locales deberían ejercer estos derechos y qué cantidades hay que pagar. Pero lo que ya me suena a expolio descarado es que, con el consentimiento del Gobierno, pisoteen mi presunción de inocencia y me cobren un canon para cualquier artilugio capaz de grabar. He comprado un disco duro externo exclusivamente para hacer copias de seguridad de mis fotos y por ello he pagado 12 euros, que a su vez computan en el total de la factura con una repercusión del 16% en concepto de IVA.
Se da el caso, además, de que en determinados productos, por ejemplo un paquete de DVD, cuesta más el canon que el propio producto. Si esto no es el delirio recaudatorio, ya me explicarán cómo debemos llamarlo.
1-III-10, Enric Casadellà, cartasdeloslectores/lavanguardia