´El tipo que fue y dimitió´, Montserrat Domínguez

Ocurrió esta semana, en Valencia. Le habían llamado el viernes para darle una orden tajante. Él la acató, se fue a su casa y escribió la carta de dimisión que presentó el lunes. Tan elemental como inédito.

Se llama Romà de la Calle, es catedrático de Estética de la Universitat de València y hace seis años aceptó hacerse cargo de un proyecto que tenía un ilustre nombre  Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (Mu-VIM)- pero cero contenido. Mis amigos valencianos me cuentan que, bajo la dirección de este hombre culto, discreto y sin aristas, el museo se ha convertido en referencia estatal como centro de reflexión y pensamiento.



Como ya sabrán, una de las actividades que acogía el MuVIM era la exposición titulada Fragments d´un any. Imatges 2009, una muestra que desde hace siete años refleja un año de fotoperiodismo. Personalmente, me fascina la foto de Vicent Bosch, jefe de fotografía de El Mundo en Valencia, en la que capta a Francisco Camps, Ricardo Costa y Vicente Rambla de pie junto a sus escaños en las Corts, a punto de abotonarse las chaquetas. Todo el sentido de la oportunidad de una foto de prensa está allí; si no fuera por el caso Gürtel, sería irrelevante, pero ves la foto y no puedes dejar de pensar en el sastre del president y las consecuencias de la no-factura (y el resto de la trama) en sus dos leales mosqueteros.

Entiendo que esta foto, junto a la de Costa sancionado y compungido, o la de la alcaldesa apoyando al president en los tribunales, no gustara a los dirigentes del PP que se acercaron a la exposición. Pero dar la orden de retirarlas es, además de censura pura y dura, una burla que parece haber removido un sentimiento profundo de dignidad: lo ha hecho entre los ciudadanos que llevan manifestándose desde hace una semana, y desde luego en el catedrático De la Calle. (La Unió de Periodistes se ha llevado la muestra, sin mutilaciones, a la Galería Tomàs March, donde ayer se inauguró de nuevo).

Alfonso Rus, presidente de la Diputación, y los diputados Máximo Cartula y Salvador Enguix no hablan del tema: Rus dice que hoy toca hablar de fallas, falleros, toros y coches. Para aliviarles en la faena aparece Carlos Fabra, que explica cuál habría sido su proceder: en vez de retirar las fotos, habría destituido a dedo al director que había nombrado de igual forma… lo que resulta, a este nivel, más democrático que amputar una exposición.

Ha tenido suerte Romà de la Calle: se ha ido él. En su carta de dimisión recuerda el principio nulla aesthetica sine etica... ergo apaga y vámonos, que dijo José María Valverde al dimitir en solidaridad con sus compañeros de cátedra Aranguren, Tierno Galván y García Calvo, represaliados por antifranquistas en 1965. De la Calle, que fue alumno de Valverde, se aplica la máxima y va y dimite.

12-III-10, Montserrat Domínguez, lavanguardia