sostenida ofensiva civil contra la corrupción policial en Rusia

La llegada de Ludmila Alexeieva a una comisaría del centro de Moscú causó sorpresa. Normalmente, la veterana activista de los derechos humanos, de 83 años, viene a estos sitios arrestada. Pero la semana pasada llegó por su propio pie, apoyada en un bastón y con algunos colaboradores, para repartir octavillas pidiendo la reforma de la policía. Ni el gesto ni la manifestación del 6 de marzo se habrían permitido hace tiempo. Pero hoy la sociedad rusa está harta de tener una policía corrupta, y el Kremlin ha colocado la reforma de la institución entre sus prioridades.



Cuando la policía no cumple con su misión "se llama corrupción", asegura sin dudarlo otro destacado activista, Lev Ponomariov, al serle planteada la pregunta.

"Yo lo entiendo desde una perspectiva amplia. Que la dirección de la policía se ponga a luchar contra la oposición también es corrupción.

Llegados a un nivel tan alto de irritación, debe ser la propia sociedad la que se encargue de reformar la policía, de debatir su futuro y finalmente de tomar medidas radicales".

Los policías recibieron a Alexeieva con amabilidad. "Ellos no son más estúpidos que nosotros y comprenden lo necesaria que es la reforma", comentó después de la visita. La policía rusa se encuentra actualmente en el epicentro del peor terremoto, la corrupción. Los incidentes de abuso de poder, negligencia, malas prácticas o extorsión están en las páginas de los periódicos cada día desde que el año pasado un mayor de la policía de Moscú mató a dos personas cuando, vestido de uniforme, se lió a tiros en un supermercado.

El presidente de Rusia, Dimitri Medvedev, ha situado la reforma de la policía entre los asuntos prioritarios de su agenda y en enero ordenó al ministro del Interior, Rashid Nurgaliev, ponerla en marcha. El jefe del Kremlin aseguró que en el 2009 se registraron 15.000 casos de corrupción, sólo "la punta del iceberg".

Uno de los últimos escándalos ocurrió en la región de Tomsk en enero. Un policía golpeó hasta la muerte a un periodista local, Konstantin Popov, mientras otros siete agentes miraban. Y en febrero unos policías de Yekaterimburgo golpearon con saña al pianista Serguei Beloglasov porque no llevaba los documentos encima y le causaron graves traumatismos en las manos. Los hechos no se comenzaron a investigar hasta que llegaron a la prensa.

Una encuesta del Centro Levada indica que más de dos tercios de los rusos no confían en su policía.

En respuesta a la orden de Medvedev, Nurgaliev ha eliminado un sistema de promociones y aumentos salariales basado en la eficacia en la resolución de los casos. Un sistema perverso en el que para ganar puntos se han llegado a inventar delitos y a acusar a personas inocentes de crímenes que no habían cometido.

Un joven estudiante de 19 años, Vasili Ashtrashabov, es el último caso de detención aleatoria denunciado por la prensa de Moscú. Después de ver una película con unos amigos la noche de Año Nuevo la policía lo detuvo y lo acusó de atacar a una pareja de emigrantes de Kirguistán. Su padre, él mismo un policía retirado, asegura que vio como un detective presionaba a la mujer kirguís para que identificase a su hijo como "el asesino", ha contado The Moscow Times.

"Este sistema seguirá funcionando", dice el sindicalista Dimitri Povarov, representante en Moscú de la Unión Interregional Profesional de Funcionarios de Policía. "Y va a seguir estimulando el aumento de los delitos y de los abusos de los agentes", asegura. El bajo salario de los policías, entre 250 y 500 euros al mes dependiendo de la región, es una de las claves de la reforma. Para llegar a fin de mes, es habitual que los policías de tráfico se cobren las multas en el mismo arcén. Sueldos más justos podrían ser una solución, pero habría que terminar a su vez con los jefes que explotan a sus agentes para lucrarse con este sistema mafioso.

Ni los grupos pro derechos humanos ni los sindicatos tienen esperanzas en la anunciada reforma, y temen que sea otra cortina de humo, puro maquillaje. El Sindicato Independiente de la Policía de Moscú llevó a cabo una encuesta on line con 700 agentes. El 90% aseguró que la directiva de Nurgaliev es similar a una orden del año 2005.

Entre las medidas de urgencia que ha tomado el Kremlin, Medvedev ordenó en febrero la destitución de dos viceministros y 16 altos cargos de Interior. Pero eso puede ser también un movimiento para despistar a la opinión pública, dicen los críticos. En el 2002 el Kremlin también llevó a cabo una limpieza en Interior, en el 2006 en el FSB, en el 2007 en el ejército y en el 2009 en el servicio de prisiones, recuerda en un artículo Nikolai Petrov, experto del Centro Carnegie de Moscú.

Ponomariov es de la misma opinión, y apuesta por una reforma de todo el sistema. "No habrá reforma de verdad, porque el poder tiene un contrato político con la policía. Pero dejar las cosas como están también es peligroso para el propio poder, porque es una policía ineficaz".

14-III-10, G. Aragonés, lavanguardia

El tráfico estaba como siempre imposible el pasado 5 de marzo en Moscú. Pero eso no era lo peor con lo que se iba a encontrar Stanislav Sutyaguin, un mecánico de 29 años, esa aciaga mañana en la MKAD, la principal carretera de circunvalación de la capital rusa. En un tramo del nordeste del anillo, el Mercedes de Sutyaguin y otros vehículos recibieron el alto de los agentes de tráfico, que les pidieron que atravesaran sus coches en medio de la calzada yque no salieran.

Mientras tanto, los coches de la policía quedaron aparcados a un lado. En lugar seguro, porque unos minutos después un Audi gris metálico se acercó a toda velocidad y pasó entre los vehículos, para acabar chocando entre otros con el Mercedes y un Volga de diseño soviético que se había detenido al lado. El Audi se alejó a toda velocidad y los coches de los policías arrancaron poco después. Habían utilizado a ciudadanos de a pie para formar un escudo humano en una persecución.

Este es el último abuso de la cuestionada policía rusa, cuya reforma se ha convertido en asunto prioritario para el Kremlin.

"El primer día me encontraba como en estado de shock, pero luego empecé a pensar en qué hacer", ha recordado Sutyaguin. Cuando él y otros afectados se acercaron a un puesto de la policía les dieron con la puerta en las narices. ¿Quién se iba a hacer cargo de los destrozos de su coche, no ya responder por haber puesto su vida en peligro? La policía no, desde luego. Por la noche delante del ordenador comprendió que las quejas no iban a llevar a ningún sitio y que "la única esperanza era la opinión pública".

Él y otros antes que él han encontrado en internet un mecanismo de protesta y denuncia eficaz que ha llevado la corrupción policial al primer plano de la actualidad. Sutyaguin colgó un vídeo en YouTube y obligó a las autoridades a tomar cartas en el asunto. Se ha abierto una investigación criminal y el responsable del escudo humano ha sido destituido.

El control de los medios de comunicación ha convertido en los últimos años internet, las redes sociales y los blogs en una forma de expresión libre en Rusia, a pesar de que sólo el 9% de la población usa internet para informarse. Aunque la blogosfera es todavía pequeña (hay 890.000 blogs activos cuando en EE. UU. hay siete millones), la red comienza a mostrar su fortaleza. La corrupción comenzó a caer en esta red en noviembre del año pasado. Alexei Dimovski, un mayor de la policía en la ciudad de Novorosysk, en el mar Negro, grabó dos vídeos denunciando la corrupción de sus superiores y dirigiéndose al poderoso primer ministro Vladimir Putin. Los vídeos llegaron a YouTube y el ejemplo cundió, porque otros policías comenzaron a colgar sus quejas en la red.

Dimovski ha sido puesto recientemente en libertad tras estar casi un mes arrestado mientras se le investigaba por fraude. Aunque los problemas a los que se enfrenta son muchos, la mecha que encendió va a ser difícil de apagar. Internet ha convertido la corrupción de la policía en un debate social en Rusia.

14-III-10, G. Aragonés, lavanguardia