La pequeña república ex yugoslava, independizada de Serbia hace apenas dos años, no verá cumplido su sueño de integrarse en la UE si no erradica la corrupción que afecta a puntos clave de su gobierno y lucha con mayor fuerza contra el crimen organizado, según puso ayer de manifiesto Pieter Feith, enviado de la UE en Kosovo. Asimismo, Feith exigió a Pristina que tenga más y mejores relaciones con sus vecinos (incluida Serbia). La inversión extranjera no llegará mientras estos problemas se mantengan. El paro alcanza el 45% y alimenta la delincuencia.
9-III-10, reuters, lavanguardia