memoria de, y homenaje a, Doris Haddock

Se hace camino al andar, decía Machado. Doris Haddock además encontró un camino. Empezó a andar -políticamente hablando- el día de Año Nuevo de 1999. El camino era un país, una ruta de 5.150 km por la costa oeste de EE. UU. Una marcha de 16 km diarios por parte de una mujer de 89 años que perseguía una meta: reformar la financiación de las campañas políticas. Conocida como Granny D., la añeja activista fue de Pasadena (California) hasta el estado de Washington, pasando por desiertos, llanos y montañas. Catorce meses andando. Captó la atención de los medios y consiguió el interés de ciudadanos y políticos. La caminante pisó fuerte en protesta por las contribuciones privadas a las campañas electorales.

Centenaria desde el 24 de enero, Doris Haddock pregonaba en su autobiografía que "nunca eres demasiado vieja para levantar un pequeño infierno". La noche del pasado 9 de marzo se recordará como la noche en que Granny D. dejó de andar definitivamente. Su último paso, de tres cifras de edad, dejó la huella final en Dublín (Nuevo Hampshire).

Su atípica carrera política comenzó más cerca de los 100 que de los 50. Nació en Laconia (N. H.) y trabajó 20 años en una tienda de zapatos. En 1972 se retiró y partió con su marido a Dublín. A partir de entonces se involucró en diversos asuntos comunitarios. Inició su marcha a favor de la financiación pública de las campañas a falta de un año para el cambio de milenio. Se inspiró en una de las reuniones que mantenía con amigas de Dublín, pero su interés venía sobre todo del intento de los senadores Mc-Cain y Feingold de suprimir los fondos no regulados en las campañas, de 1995.

Granny D. mantuvo siempre que la D era a causa de su nombre (Doris) y no tenía relación con el Partido Demócrata, partido para el que se presentó al Senado. A sus 94 años fue cuando dio el salto a la política pero sólo consiguió el 34% de los votos. Su administrador tuvo la culpa, ya que fue acusado de fraude.

Tanto republicanos como activistas ofrecieron sus condolencias a una genuina activista y desafortunada política. La carismática mujer estaba trabajando en un nuevo libro, Mi siglo bohemio,que se publicará esta primavera.Está basado en sus días como estudiante yen su campaña para acceder al Senado. Instaba a "mantener el joven aventurero de cada uno dentro del corazón,vivo para que algún día resurja. Está en ti". Granny D. lo encontró, y con él, un largo sendero.

18-III-10, O. Bosch, lavanguardia