īBis repetita Vicī, Pilar Rahola

Fue el poeta Horacio quien inmortalizó, en su Arte poética,escrita hace dos mil años, la famosa expresión latina: bis repetita placent,las cosas repetidas gustan. Sin duda, para este gran epicúreo, hijo de esclavo liberado y el poeta lírico más importante de la cultura latina, lo bello y lo sutil eran más placenteros cuanta mayor repetición había, no en vano el placer estaba en volver a disfrutar de lo disfrutado. No creo, en cambio, que Horacio considerara un placer la tendencia - poco epicúrea-de repetir de forma malsana, y sin capacidad de solución, los debates más hirientes de nuestra sociedad. Sobre todo porque a la iteración obsesiva de dichos debates debemos añadir la notable incapacidad de aportar ideas para resolverlos, y así danzamos ciegamente en un bucle que nos retorna siempre al mismo lugar. Lo de Vic, por ejemplo, vuelta a empezar. No sólo no aprendimos nada del difícil debate que vivimos hace unos meses, sino que lo acabamos de reabrir con las mismas blindadas posiciones y con la misma incapacidad de encontrar soluciones. Como en aquella ocasión, pues, también en esta expreso mi solidaridad con el Ayuntamiento de Vic, cuyo esfuerzo por hacer visible una pérfida trampa legal debería merecer el aplauso colectivo. Gracias a la posición de la Unión Europea - débil, pero inequívoca-,Vic ha reabierto el tema del empadronamiento de inmigrantes sin papeles y ha expresado su voluntad de "informar" de esa ilegalidad al Estado. Es decir, un ayuntamiento democrático ha decidido cumplir las leyes democráticas. ¡Y eso es noticia! Peor aun, ¡es escándalo! Nuevamente se han levantado las voces en contra del "ahora no toca", "este tema es delicado", "no hablemos en campaña" -¿cuándo, entonces?-, bla, bla, bla, bien aliñado con todos los conceptos previsibles, tolerancia,solidaridad,racismo,etcétera. Cansino, demagógico, populista, peligroso. Cansino que algunos monopolizadores del concepto solidaridad repitan los mismos tópicos vacíos de contenido, cuya música solo alimenta el buenismo más irresponsable. Porque ninguno de ellos es cierto.Vic no es el ejemplo del populismo racistoide, sino la apología de la sensatez: detecta un problema gravísimo, plantea el debate en sus términos legales, envía un SOS a las instituciones y, por el camino, resuelve los graves problemas sociales que padece. ¿Cuál es la posición contraria? No creerse la ley, mirar hacia otro lado y enviar a miles de personas a la vida clandestina, escondidos de la policía, comiendo donde pueden y trabajando, sin papeles, en la semiesclavitud. Si sobreviven cuatro años, les dan papeles: ¡fantástica, la solidaridad de determinada progresía! Fantástica e irresponsable. Porque el no a Vic es el sí a la ilegalidad, y el sí a la ilegalidad es el sí a la degradación humana y moral de una sociedad. Y por ese camino, lloraremos todos.

13-IV-10, Pilar Rahola, lavanguardia