el populismo racista nacionalista húngaro asesina decenas de conciudadanos gitanos

Gábor Vona, el joven líder del partido de extrema derecha Jobbik, que cosechó el 16,7 por ciento de los votos en las elecciones húngaras del pasado domingo, ha anunciado que acudirá a la inauguración del nuevo Parlamento luciendo el uniforme del brazo paramilitar del partido, la Magiar Garda. Pero la pregunta que se hacen los suyos es: ¿cuál de ellos?


     Gábor Vona

¿Será el chaleco negro adornado con la silueta blanca de un león junto al escudo blanquirrojo de los Arpades, la dinastía que unificó las tribus húngaras en el sigo XI? ¿Se pondrá un pañuelo rojo o sólo la insignia de Jobbik en el cuello de la camisa blanca? ¿Será una gorra gris oscuro, estilo Clint Eastwood en El desafío de las águilas o la boina negra que llevaban los miembros de la Garda en el mitin en Domoszlo, el viernes en el deprimido nordeste? ¿O hará un guiño a la fuerza de élite de la Garda metiendo una pluma en la gorra? El portavoz de Jobbik envió tres imágenes de Vona con diferentes trajes y dijo que sería uno de ellos. Vona fundó la Magiar Garda en agosto del 2007 presentándola como el inicio de lo que sería algún día una nueva gendarmería o guardia civil. Los primeros miembros juraron lealtad en el castillo medieval de Buda.

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Fue registrada como asociación cultural. Por eso, quizá, la explicación que dio un garda celebrando el domingo los resultados: el uniforme - dijo-no evoca el fascismo del pasado "sino los trajes folklóricos de campesinos húngaros". Aunque los garda que vigilaban el escenario - cuadrados y con cara de pocos amigos-no parecían coincidir.

"Hay diferentes clases de garda y cada uno tiene su look particular", dijo la periodista Szilvi Varro, que ha ganado un Pulitzer húngaro por sus investigaciones sobre la posible complicidad de la Garda y Jobbik en la oleada de violencia contra la comunidad gitana en Hungría.

La Magiar Garda tiene unos 700 integrantes que vigilan dos o tres días de la semana barrios sometidos a los "crímenes gitanos", dijo el garda.Pero Zsolt Varkony, portavoz de Jobbik, dijo que eran muchos más. "Son necesarios porque la policía no actúa tras delitos como el robo", explicó.

Todo esto ocurre pese a que dos tribunales de Budapest fallaron en el 2008 y el 2009 que la Magiar Garda debe ser desmantelada porque viola los derechos de las minorías, una decisión recurrida por Jobbik. Las diferencias de uniforme se deben, en parte, a que desde la prohibición "se ha hecho una especia de rebranding (rediseñar la marca)", explicó Varkony.

Lo cierto es que los garda en el evento del domingo, más que campesinos o falangistas, parecían personajes de una de las óperas y operetas escenificadas todos los días en el espectacular teatro fin de siècle de la avenida Andrássy. Pero para el medio millón de gitanos húngaros - tras decenas de asesinatos con cóctel molotov, granadas de mano, escopetas y navajas-hasta las caricaturas operísticas de la Magiar Garda resultan aterradoras. Y el día de las elecciones se escenificó la ópera Vérnász,del poeta húngaro Illyés Gyula, basada en Bodas de sangre de Federico García Lorca, y resultaba imposible no pensar en "las almas de charol" y "pistolas inconcretas" de otras campañas de limpieza contra "crímenes gitanos".

15-IV-10, A. Robinson, lavanguardia