´El rapapolvo´, Florencio Domínguez

Pocas veces una sentencia de la Audiencia Nacional ha desautorizado con tanta contundencia a un juez instructor como lo ha hecho el fallo dictado en el caso Egunkaria que absuelve a los directivos del periódico editado en lengua vasca. El juez y las acusaciones particulares quedan a los pies de los caballos, igual que los investigadores de la Guardia Civil. La Fiscalía, que abrió la causa y mantuvo la acusación durante tres años, se libra porque en diciembre del 2006 pidió el archivo al considerar que no se habían podido demostrar las acusaciones iniciales.

El diario en euskera Euskaldunon Egunkaria salió a la calle el 6 de diciembre de 1990 y lo hizo con el rechazo activo del PNV, que no se privó de formular acusaciones contra aquel nuevo medio de comunicación. El entonces consejero de Interior, Juan María Atutxa, al explicar en el Parlamento vasco el 3 de febrero de 1992 la desarticulación de una red de extorsión de ETA, en la que había un empleado de Egunkaria,dijo que la operación mostraba "las significativas coincidencias existentes entre esta red y entidades tan importantes para el mundo de HB, como su propia mesa nacional, el diario Egin,Egunkaria y el sindicato LAB".

Un año más tarde, el 22 de julio de 1993, Joseba Egibar tuvo que ir a declarar ante el juez por una querella del director de Egunkaria después de que el dirigente del PNV hubiera afirmado que ETA había intervenido en el nombramiento del director del diario. A la salida del juzgado explicó que la desconfianza del PNV hacia el periódico se debía a la "participación directa y estrecha que ha tenido el Movimiento de Liberación Nacional Vasco, KAS, la permanente de KAS y directamente también ETA" y citó como pruebas documentos de ETA. Luego el PNV cambió y después de cuatro años decidió conceder ayuda institucional al diario.

Los análisis de los documentos de ETA que hacían entonces los dirigentes del PNV fueron los mismos que motivaron la acusación ejercida en la Audiencia Nacional contra el periódico. La sentencia de la sala de lo penal ha desvirtuado aquella interpretación estableciendo que no existía ninguna relación entre Egunkaria y ETA y absolviendo a los directivos acusados. Si hubo indicios, el tribunal ha decidido que estos no se han sustanciado en pruebas.

La sentencia, además, contiene una errata: se indica que Egunkaria fue cerrado en junio de 1998, fecha que, en realidad, corresponde al cierre de Egin.Y tiene también un error: el fallo indica, como prueba exculpatoria, que ETA utilizaba claves numéricas para las estructuras de la banda y que cuando se refiere a Egunkaria lo mencionaba con todas sus letras. La sentencia del Tribunal Supremo de 22 de mayo del 2009, referida al sumario 18/ 98, dice en cambio (páginas 35 y 36) que ETA elaboró un catálogo de claves numéricas en el que el 51 identificaba al periódico en euskera. Luego las claves se cambiaron y Egunkaria pasó a ser identificado como EE-P.

14-IV-10, Florencio Domínguez, lavanguardia