ŽEl pacto de la DiagonalŽ, Enric Juliana

El único asunto importante pactado ayer en la Moncloa pasa por la avenida Diagonal de Barcelona. El único acuerdo relevante entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy es el de afrontar con urgencia la grave situación de buena parte de las cajas de ahorros tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.

¿En qué consiste el acuerdo? Zapatero y Rajoy han decidido acotar el margen de sus respectivas redes partidistas en la España de las 17 autonomías. El PSOE y el PP han dispuesto de un año para replantear la viabilidad y la dimensión de los bancos de desarrollo regional (ese debería ser el verdadero nombre de la mayoría de las cajas). Para ello disponen de un fondo de saneamiento (FROB) financiado por el Estado, a crédito.

Las cajas se han medio reordenado -por este orden- en Catalunya, Andalucía, Castilla y León y Galicia, donde ayer se aceleraba la fusión entre Caixa Nova y Caixa Galicia. En el resto de España, las redes clientelares, bloqueadas por el enredo de sus propios intereses y por el peso de los pufos acumulados, no han sido capaces de alumbrar un nuevo orden. La situación es especialmente delicada en la Comunidad Valenciana. Vascos y navarros, también en este campo, son mundo aparte. Con el agua al cuello, Zapatero y Rajoy han pactado aceptar la solución que les proponga Isidre Fainé, presidente de La Caixa (la entidad de mayor volumen y la más independiente de los partidos), recién elegido líder de la confederación de cajas con el decisivo apoyo de Rodrigo Rato (Caja Madrid).

Un pacto entre la élite económica de Barcelona y Madrid deja en manos del catalán Fainé Casas la desactivación de la bomba de relojería. Se repite irónicamente la historia de 1959, cuando el régimen de Franco no tuvo más remedio que encargar al economista barcelonés Joan Sardà Dexeus que idease una solución a la bancarrota falangista. Así nació el Plan de Estabilización.

6-V-10, Enric Juliana, lavanguardia