también en Jamaica, el narcoPoder, transnacional, planta cara al Estado

En Jamaica mandan los narcos. Falla el Estado y reina la corrupción, incluida por supuesto la compra de voluntades políticas. De ahí el cruento caos ocasionado por la orden de captura que, con 9 meses de retraso, el Gobierno dictó contra el capo di tutti capi Christopher Dudus Coke tras el requerimiento de extradición cursado desde Estados Unidos para su enjuiciamiento por numerosos delitos en Nueva York.

La resistencia armada con que las bandas de narcos capitaneadas por Dudus replicaron la orden de captura derivó en una guerra urbana que desde el pasado fin de semana, cuando el Gobierno decretó el estado de excepción, ha costado ya al menos 60 muertos, entre ellos dos policías y un soldado, según fuentes oficiales y sanitarias citadas por varias agencias. La situación amenaza la ya frágil estabilidad política de la isla caribeña y está dañando gravemente su desigual economía.

Al diplomático español Carlos Pérez Desoy, que antes de su actual puesto de consejero político de la embajada en La Habana ocupó el número dos de la legación en Kingston, el conflicto de estos días no le sorprende demasiado. Según asegura Desoy, ya en los años noventa, tres décadas después de la independencia de la ex colonia británica (1962), los jefes del narcotráfico controlaban en gran medida el poder real en la capital a través de la violencia y la extorsión.

De hecho, algunos distritos de un solo diputado establecidos a imagen y semejanza de los de la vieja metrópoli se han transformado en verdaderos fortines: las denominadas garrison constituenciesodemarcacionesguarnecidas. Los gángsters las dominaban mediante una mezcla de pánico y perverso paternalismo a base de ayudas a la población. El diputado tenía dos opciones: o renunciaba o se corrompía; entonces podía salir elegido con el 100% de los votos.

"Cuando los diplomáticos regresábamos de noche a nuestras casas en el (privilegiado) barrio de Manor House, a menudo teníamos que evitar alguna zona en la que el ejército combatía con las bandas para incautarse de las armas de los narcos", cuenta el diplomático. Pese a la fuerte protección de las residencias de los embajadores y sus colaboradores, muchos resultaron muertos, o sus esposas violadas, en los frecuentes asaltos a viviendas.

Nutridas por los miles de delincuentes jamaicanos que cada año son deportados al país desde Estados Unidos y el Reino Unido, las bandas fueron creciéndose hasta situarse en su posición actual: la de una guerrilla que lleva días desafiando a cientos de policías y soldados, atacando y quemando comisarías y poniendo en jaque al Estado.

El líder del opositor Partido Nacional Popular, Peter Bunting, pidió ayer la dimisión del primer ministro del país, el laborista Bruce Golding, como responsable del caos, informó la agencia Bloomberg. Si no renuncia, Bunting promoverá una moción de censura contra Golding; le acusa de haber dado oxígeno a los narcos al concederles casi un año para armarse y hacerse fuertes frente a las fuerzas de seguridad tras la solicitud de extradición.

La mayoría de los civiles muertos estos días en Kingston cayeron durante la batalla en el barrio de Tivoli Gardens, principal dominio y supuesto escondite del capo. Al cierre de esta edición se contaban 200 detenciones. Pero de Dudus, ni rastro.

26-V-10, F. García, lavanguardia

Le llaman Presi, General o Dudus.Christopher Michael Coke, el capo de la droga y benefactor de los pobres cuyas cuentas pendientes con la justicia estadounidense se encuentran en el origen de los disturbios en Jamaica, es un hombre poderoso. Protegido hasta ahora por el Partido Laborista jamaicano del primer ministro Bruce Golding, el caso Coke ilumina la complejidad de las relaciones de Estados Unidos con sus vecinos más pobres.

Jamaica es el mayor exportador de marihuana a EE. UU. desde el Caribe. También es un lugar de tránsito de la cocaína procedente de América Latina, según el informe anual sobre narcóticos del Departamento de Estado, publicado en marzo. Al mismo tiempo, el 70% de las pistolas que entran ilegalmente en Jamaica procedente de EE. UU.

El problema, a una escala menor, es similar al de México con el vecino del norte. México exporta droga a EE. UU. porque en este país la demanda es insaciable. Y las mafias del narcotráfico importan armas de EE. UU., donde debido a la legislación laxa en la materia es más fácil obtenerlas que en sus países.

Este era el negocio de Christopher Coke, según el acta de acusación del tribunal del distrito sur de Nueva York. Coke, de 42 años, está acusado de "conspiración para distribuir marihuana y cocaína" en EE. UU., y de "conspiración de tráfico de armas" de EE. UU. a Jamaica. El acusado, supuestamente, cometió estos delitos entre 1994 y el 2007.

La acusación explica que, desde principios de los años 90, después de la muerte de su padre, también implicado en negocios ilegales según la justicia estadounidense, Coke controló el barrio Tivoli Gardens de Kingston, la capital de Jamaica. "Tivoli Gardens era una comunidad acuartelada,un barrio atrincherado protegido por un grupo de hombres armados (...) bajo la dirección de Coke", se lee en el documento. Las armas, según se indica, procedían de EE. UU.

La Banda de la Ducha - el nombre de la mafia de Coke-extendía sus tentáculos desde Kingston hasta EE. UU., donde vendía marihuana y crac. "Los miembros de la organización suelen enviar a Coke dinero, ropa y productos electrónicos como tributos, en reconocimiento por su liderazgo y ayuda". Los agentes de Dudus también "compraban armas en EE. UU. y las enviaban a Jamaica", donde les servían para "afianzar e incrementar su autoridad y poder".

La petición de extradición, en agosto del 2009, no obtuvo respuesta, y tensó las relaciones bilaterales. El citado informe del Departamento de Estado cree que la actitud de Jamaica "plantea serias dudas sobre el compromiso del Gobierno jamaicano en el combate del crimen transnacional". Ha sido la decisión del primer ministro Golding de ceder y aceptar la extradición lo que ha encendido a los seguidores y protegidos de Coke.

26-V-10, F. García, lavanguardia

Dos policías resultaron muertos en la noche del domingo, y otros seis heridos, en los disturbios organizados en la capital, Kingston, por los partidarios del narcotraficante Christopher Dudus Coke, en protesta por la concesión de su extradición a Estados Unidos. El Gobierno declaró el estado de excepción en dos distritos de Kingston. Desde anteayer, en la capital se oyen disparos de fusiles de asalto y escopetas, y seguidores del narcotraficante han bloqueado calles con barricadas para hacer frente a las fuerzas del orden e impedir que puedan llegar hasta él. Hasta el momento, dos comisarías han sido asaltadas y una tercera, incendiada. El pasado día 18 el Gobierno jamaicano hizo pública su decisión de deportar a Nueva York a Dudus,que desde entonces se ha atrincherado en su casa. Su cartel, la Banda de la Ducha, opera en diversos países, entre ellos Jamaica -donde además introduce armas-, Estados Unidos y el Reino Unido. Para muchos jamaicanos, Dudus es un benefactor que facilita escuela o alimentos a sus hijos y media en contiendas.

25-V-10, efe, lavanguardia

El primer ministro de Jamaica, el laborista Bruce Golding, se desayunó ayer con informes de medios extranjeros que lo vinculaban al capo del narcotráfico Christopher Dudus Coke (42 años), cuya búsqueda para extraditarlo a Estados Unidos ha desatado la violencia en Kingston, con el resultado de varias decenas de muertos. Golding calificó de "injuriosas maliciosas" las informaciones de la cadena estadounidense ABC y el diario británico The Independent que lo acusaban de connivencia con el hombre que lidera las bandas de tráfico de cocaína y marihuana en la isla caribeña y a quien varios tribunales de Nueva York y otras ciudades norteamericanas reclaman para juzgarlo como responsable de decenas de asesinatos en los años 80. El premier jamaicano atribuyó los ataques a "una conspiración para minar al Gobierno". No obstante, Golding tuvo que reconocer hace dos semanas que había contratado a un bufete de abogados de EE. UU. para que se opusiera a la extradición de Dudus, que de hecho su Ejecutivo ha esquivado durante nueve meses: hasta que hace unos días ordenó la captura del capo. La policía y el ejército avanzaban ayer lentamente en su cerco sobre los feudos del narcotraficante y los bandidos que lo protegen a tiros desde el pasado fin de semana. Los agentes detuvieron a más de doscientos pistoleros. Pero el número de armas requisadas era muy limitado, lo que suscitó la "preocupación" del Defensor del Pueblo, Herro Blair. Él y la Cruz Roja contabilizaron medio centenar de muertos en la ciudad, pero otras fuentes hablaban de "varias decenas".

27-V-10, F. García, lavanguardia