millares de desapariciones forzadas en México

El automóvil en el que hace dos semanas viajaban dos periodistas por el estado de Oaxaca recibió decenas de disparos. La caravana humanitaria de la que formaban parte fue emboscada para impedir la entrega de víveres a una comunidad indígena. Tras matar a dos personas, los atacantes se llevaron por la fuerza a los reporteros, que pretendían reconstruir la historia del asesinato de un joven de la comunidad triqui de San Juan Copala.

Igual que sucedió hace unos días con el ex candidato presidencial Diego Fernández de Cevallos, no se tiene ninguna noticia de los dos informadores de Oaxaca. Según el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), desde el 2005 nueve periodistas mexicanos han desaparecido. La mayoría investigaba vínculos entre funcionarios y narcos.



La desaparición de periodistas es poco común en otros países. En México es un elemento que caracteriza la violencia contra la prensa. Un experto en temas de seguridad señala que el aumento en las desapariciones pudiera reflejar un cambio en las tácticas de los grupos criminales. "El impacto del asesinato de un periodista es de duración corta", afirma Raúl Fraga Juárez, analista de la Universidad Iberoamericana. "Con la desaparición de un periodista, la incertidumbre es permanente durante años". Un mapa de las ciudades donde han desaparecido reporteros muestra pautas muy claras: todos trabajaban en estados que son corredores clave para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

Pero no sólo desaparecen periodistas. Como pasó con Fernández de Cevallos, muchas personas son víctimas de atacantes que se los llevan, sin que nunca más se sepa de ellos. Las desapariciones forzadas han sido frecuentes en América Latina, en especial durante la segunda mitad del siglo XX, marcada por dictaduras de derecha. La historia reciente del continente está plagada de casos, muy a menudo relacionados con terrorismo de Estado producto de satrapías militares.

En México, durante la década de los 60 y 70, fue una práctica sistemática para reprimir a estudiantes y a la oposición. Hoy, es un método al que recurre el crimen organizado.

Según trabajos de investigación publicados en el 2008 por el semanario Proceso,al menos 600 personas desaparecieron en México desde que en el 2006 el presidente Felipe Calderón desplegó al ejército en la guerra contra el narcotráfico. En varios casos documentados sobre personas desaparecidas, Proceso encontró pruebas de la participación de funcionarios civiles y militares.

No existen cifras sobre el número de desaparecidos en México. Algunas ONG señalan que puede haber más de 100.000 en la última década entre activistas sociales y opositores políticos, periodistas, inmigrantes centroamericanos y víctimas de la delincuencia común o del crimen organizado. Según la Asociación Mexicana de Niños Robados y Desaparecidos, cada año desaparecen unos 30.000 menores.

"Casi toda la investigación la hace la familia de los desaparecidos, porque, si no, los casos se archivan - dice Cipriano Jurado, del Centro de Investigación y Solidaridad Obrera, que pide esclarecer los desaparecidos en Ciudad Juárez-.Hay una impunidad total, en especial si se ve involucrado el ejército, como en siete de los casos que indagamos".

24-V-10, J. Ibarz, lavanguardia