´Apurad, que allí os espero si queréis venir´, Quim Monzó

Ayer, después del accidente de la noche de Sant Joan en Castelldefels, Joaquim Nadal, conseller de Política Territorial, se negó a dar su opinión sobre el hecho de que, contra toda sensatez, treinta individuos cruzasen la vía en la estación de Platja de Castelldefels, consiguiendo morir muchos de ellos (trece, hasta ahora), ya que el Alaris que venía de Alicante los atropelló sin remisión. Dijo Nadal: "Llevamos muchos meses con este apeadero operativo, con dimensiones suficientes y sobradas respecto al marco legal, con dos ascensores para eliminar las barreras arquitectónicas". Dijo que "un tren de estas características lleva mil personas casi cada día, y todas bajan en la estación". También dijo que no era el momento de evaluar el caso y que, "simplemente, no debió hacerse".

¿Qué no debió hacerse?

Lo de cruzar, supongo.

Sin perder ni un minuto han aparecido los que buscan tres pies al gato y descargan sobre la administración la culpa de las víctimas, aunque el paso inferior - con escaleras y ascensores-estuviese abierto y aunque el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) certifique que estaba suficientemente señalizado y que cumplía todos los requisitos de seguridad. Piove, porco governo!

Es grotesco. Sea la noche de Sant Joan o cualquier otra noche, ¿viene de dos minutos si luego te vas a pasar en la playa hasta la madrugada? Y aunque venga: si no se puede pasar por las vías, no se puede; y punto. Qué fácil es descargar las responsabilidades en la administración y olvidarse de que los ciudadanos son responsables de sus actos. Todos hemos hecho barbaridades en nuestra vida - yo el primero-,pero si un servidor hubiese muerto por alguna de las barbaridades que cometí (y que cometo) me fastidiaría que culpasen a la administración de algo que me he buscado. También la noche de la verbena, en Sant Feliu de Llobregat y en Sant Adrià de Besòs el tren arrolló a otras dos personas por lo mismo: por cruzar las vías ferroviarias por donde no debían. Lástima por ellas, lástima por sus familiares y lástima por los familiares de los muertos en Castelldefels, pero ¿qué responsabilidades hay que pedir a otros por las estupideces que uno comete?

A las 12.39 del mediodía de ayer, un señor que firmó como "Un enfermero de guardia en la verbena" colgó en la edición digital de La Vanguardia el comentario siguiente: "Toda la noche de guardia y lo que he visto, Dios mío: dedos, manos, ojos y quemaduras en todo el cuerpo, accidentados ebrios, en moto y coche y, lo que faltaba, esta matanza por una falta total de prudencia y por pasar las vías del tren, cosa que está prohibida. Estoy agotado de estas noches. La gente ha perdido el sentido común totalmente".

25-VI-10, Quim Monzó, lavanguardia