AFPAK también llega a Irán, vía Baluchistán

El grupo suní radical Jundalah, perteneciente a la etnia baluche, se responsabilizó ayer del doble atentado suicida del jueves en una mezquita de Zahedan, capital de la provincia de Sistan-Baluchistán (sur del país). Un nuevo balance oficial dado a conocer, también ayer, habla de por lo menos 27 muertos y de unos 250 heridos, muchos graves. Jundalah señaló en un comunicado que la acción era una represalia por la ejecución por ahorcamiento de su líder, Abdolmalek Righi, y un hermano a principios de año. Precisamente los dos kamikazes de este último atentado pertenecían a la familia Righi. En esta acción terrorista murieron muchos guardianes de la revolución que conmemoraban su fiesta en la mezquita. Era otro de los objetivos de los extremistas. A Jundalah se lo vincula con Al Qaeda y los radicales de los países cercanos a la provincia de Sistan-Baluchistán (Afganistán y Pakistán). La situación geográfica da inseguridad a esta región iraní por el contrabando y el tráfico de droga, al que no son ajenos los militantes de Jundalah. De todos modos, las autoridades de Irán, país de mayoría chií, acusan por su parte a EE. UU. e Israel de apoyar a Jundalah para desestabilizar Irán en plena crisis por la cuestión nuclear. En Sistan-Baluchistán, con población baluche y numerosos musulmanes suníes, Jundalah, un grupo no muy numeroso, tiene un fuerte apoyo. La organización dice luchar por los derechos de suníes y baluches. 17-VII-10, afp, lavanguardia