Los Tudor (La 1) es una producción anglosajona de alto vuelo que ha llegado esta semana a TVE (jueves noche), después de haber pasado por Canal +: con muy buen criterio, La 1 ha emitido seguidos los dos primeros capítulos (cada semana, dos más) de esta espléndida serie, lo que ha ayudado al telespectador a sumergirse en su intriga de época, ambientada en la Inglaterra del siglo XVI, con el rey Enrique VIII como protagonista (en atractiva composición del actor Jonathan Rys-Meyers). Aunque se trata de un argumento muchas veces relatado por el cine, esta versión televisiva resulta fascinante por muchos conceptos: por la pulcritud de los actores, los encuadres, el ágil pulso del relato, el salto de escenarios (que evita la claustrofobia y la monotonía), la enjundia psicológica de las pasiones... Mientras veía estos dos cautivadores capítulos de Los Tudor, recordé Águila roja, el guiñol de papel de estraza y pacotilla que tanto éxito de público ha obtenido en La 1: ojalá un día seamos capaces aquí -dentro de este registro de las ficciones de ambientación histórica- de levantar una pieza de la calidad magnética y suntuosa de Los Tudor.
18-VII-10, Víctor-M. Amela, lavanguardia