´Tertuliana rosa´, Gloria García Cuadrado

Ante la pregunta "¿a qué quieres dedicarte cuando seas mayor?", muchos jóvenes responden "quiero bailar, ser cantante; futbolista"... Incluso alguno me respondió "...a ser tertuliana de un programa rosa porque no haces nada, sólo hablar y, además, te pagan y eres conocido". Estas dedicaciones son muy respetables, pero si hablamos de una sociedad diversa y plural, deberíamos exigir ampliar el abanico con otras perspectivas y garantizar su presencia en los medios de comunicación para que lleguen a los jóvenes.

La situación es crítica hoy en las profesiones altamente especializadas, como las de carácter científicotécnico. En sectores de investigación puntera, como el aeroespacial, las principales agencias, como la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), llevan tiempo trabajando en este campo de batalla, ya que una parte significativa de su fuerza de científicos e ingenieros ha entrado en edad de jubilación y colectan poca savia nueva. Esto les ha llevado a potenciar programas de promoción de la ciencia entre los jóvenes. Por ejemplo, la ESA organizó recientemente un concurso europeo para el diseño de experimentos en microgravedad en el que participaron 300 escolares españoles. Este programa, "Lleva tu clase al espacio", dio la oportunidad a los jóvenes de comentar en directo su experimento con el astronauta Frank de Winne a bordo de la Estación Espacial Internacional, mediante una conexión en vivo desde Cosmocaixa Barcelona y, simultáneamente, otros centros europeos. El concurso lo ganaron ex aequo un grupo de jóvenes de Lleida junto a un grupo belga y otro griego.

Durante ese programa aprendimos que nuestros jóvenes pueden dar para mucho, que la capacidad de aspiración, esfuerzo y ambición existe. Sólo hay que estimularla y potenciarla. También, que en este esfuerzo participa un cada vez mayor número de entidades transversales de nuestra sociedad. A ello cabe añadir el incipiente esfuerzo de las administraciones, como el recientemente materializado con la institución Talència, que unifica diversas entidades dedicadas al fomento de la ciencia e investigación en Catalunya, con el objetivo de focalizar esfuerzos y potenciar, entre otros, el ámbito de la comunicación científica.

Este crítico esfuerzo por situar la ciencia como uno de los referentes para nuestros jóvenes es tarea y responsabilidad de todos: científicos; empresas; personal docente; administraciones y sociedad en general. Y es que la ciencia no sólo permite la generación y transferencia de conocimiento, y con ello, de productos y servicios; sino también la de valores. La capacidad crítica y de análisis está en sus horas más bajas en nuestra sociedad y entre nuestros jóvenes. Recordemos que tan importante como aprender es desaprender,cuestionarse la información que nos rodea y nos viene dada. Vivimos en una sociedad altamente dependiente de la ciencia y la tecnología en la que son pocos los que entienden de ambas. Esto es, en sí mismo, una garantía de desastre.

El analfabetismo científico-tecnológico es más peligroso en nuestra época que en cualquier otra, dados los retos y las dependencias. En el trabajo por una sociedad más constructiva que destructiva, la comunicación científica tiene algo que aportar. Esa tarea empieza aquí y ahora, con nuestros jóvenes. Con formación, con divulgación. Tenemos la responsabilidad de ofrecerles un referente posible que los estimule y los impulse al máximo de sus capacidades.

10-VIII-10, Gloria García Cuadrado, directora del Clúster Aeroespacial de Catalunya - BAIE, lavanguardia