´Solidarios´, Alfredo Abián

El cuarto trastero del Magreb lleva años dando señales preocupantes y aquí sin enterarnos. Sin ir más lejos, cuatro miembros de una familia francesa, entre ellos dos niños, fueron asesinados a tiros el 24 de diciembre del 2007 en Mauritania. Diez días después los organizadores del rally París-Dakar suspendían la que debía ser su trigésima edición. Uno de los mayores circos mundiales del motor renunciaba a su cita anual en la misma línea de salida, a raíz de que el Gobierno galo considerara fiables las amenazas que Al Qaeda había lanzado contra la prueba. La ex potencia colonial padeció hace un mes otro doble zarpazo en sus antiguas posesiones. Al Qaeda del Magreb Islámico decapitó al rehén Michel Germaneau, cooperante e ingeniero jubilado de 78 años. El 22 de julio, un día antes de la ejecución, había fracasado el asalto militar a un campamento integrista, donde París creía que estaba el secuestrado. Murieron seis combatientes islamistas. París invitó de nuevo a los franceses a no pisar suelo mauritano. Justo un mes después de aquel fiasco, los radicales han entregado a los dos cooperantes catalanes que tenían cautivos desde hacía 268 días. Una cruel eternidad para Albert Vilalta y Roque Pascual, secuestrados junto a la anteriormente liberada Alicia Gámez cuando participaban en una caravana de Barcelona Acció Solidària. El alcalde Jordi Hereu proclamó ayer con orgullo desatado: "Ningún fundamentalismo ni ningún acto terrorista cortarán las alas y la voluntad solidaria de esta ciudad". Perfecto. Pero la responsabilidad obliga a ser fraternal con cautela y saber si los futuros voluntarios a tiempo parcial viajarán custodiados por una unidad de élite de la Guardia Urbana o por una bandera de legionarios cedida por Carme Chacón. Y saber, también, quién abonará el rescate si nos cortan las alas.

24-VIII-10, Alfredo Abián, lavanguardia