´Sobre una encuesta´ (sobre gitanos), Joan de Sagarra

El presidente Sarkozy es hijo de un francés de origen extranjero (húngaro), pero, que yo sepa, no es gitano. Vamos, que no tiene ningún parentesco con un genio como Django Reinhardt. Pero su ex mujer, Cecilia Ciganer, sí es de ascendencia gitana. Su padre, André, era un cíngaro judío eslavo que cambió su verdadero nombre por el de Ciganer (gitano). Así pues, Sarkozy tiene un hijo de origen gitano, Louis Sarkozy Ciganer, con Cecilia, biznieta de Isaac Albéniz y prima segunda de Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid.

El lunes (23 de agosto), 2.706 lectores de La Vanguardia respondían a la pregunta del Contador: "¿Aprueba la medida de Francia de deportar a gitanos rumanos?". El 87% de los lectores se inclinaron por el sí (12% no y 1% ns).

En un principio, la cifra tan abultada de partidarios de la expulsión, me sorprendió, ingenuamente, porque yo veía, medía la expulsión dentro del clima que se ha creado en Francia a raíz de la declaración del presidente Sarkozy, el pasado 23 de julio, en Grenoble, en la que manifestaba su deseo de que, en un futuro inmediato (es decir, en el proyecto de la nueva ley sobre inmigración que será presentada en el Parlamento francés el próximo 27 de septiembre), "las personas de origen extranjero (el subrayado es mío) que hayan atentado, voluntariamente, contra la vida de un policía, de un militar de la gendarmería o de cualquier otra persona depositaria de la autoridad pública", sean despojados de la nacionalidad francesa.

Para una persona de aquí, lector o no de La Vanguardia,la cosa es mucho más sencilla: los rumanos que llegan a Catalunya libremente (como miembros que son de la comunidad europea), huyendo de la miseria, se encuentran mayoritariamente sin trabajo, sin medios de vida, y se dedican a menudo obligados, forzados a ello, a la mendicidad, la prostitución, cuando no al robo y al atraco con desagradables consecuencias. Esa es la imagen que la gente de la calle tiene del "conflictivo" colectivo rumano (hay también rumanos, gitanos o no, muy respetables, como en todas partes) que malvive en Catalunya. Así pues, a falta de trabajo y para evitar (nos) mayores males, lo mejor es que regresen a su país de origen, y más cuando ese regreso es "voluntario" y va acompañado, además del viaje en avión, de un obsequio del gobierno francés: 300 euros a los adultos y 100 euros a los menores de edad.

En Francia, la deportación de los gitanos rumanos (los roms,como dicen los franceses) forma parte de un plan mucho más ambicioso.

En Francia, los roms,alojados en bidonvilles sin condiciones higiénicas ni sanitarias, son descaradamente utilizados en una campaña presidencial que propugna, persigue el logro de la seguridad de los ciudadanos franceses en vistas a las elecciones presidenciales del 2012.

Para el presidente Sarkozy y su ministro del Interior, el señor Brice Hortefeux, los roms son la viva imagen del enemigo que destruir. Si las bidonvilles no son destruidas y sus habitantes temporales no son devueltos a su país de origen, puede ocurrir que los niños que nazcan en esas pocilgas, niños que al alcanzar los 18 años son automáticamente, declarados ciudadanos franceses, puedan convertirse en una gente tan desagradable como sus padres. De ahí que el presidente Sarkozy, en su declaración de Grenoble, añadiese que los menores de origen extranjero que hubiesen delinquido con una cierta gravedad antes de llegar a los 18 años, podrían ser también desposeídos de su ciudadanía.

Y por si hubiera alguna duda sobre la utilización de los roms como cabeza de turco de la política de alta seguridad que se ha fijado el presidente para resultar reelegido, el pasado miércoles (25 de agosto) el ministro del Interior, entrevistado en RTL, soltó lo siguiente: "En París, los delitos cometidos por los roms aumentaron el pasado año en un 138%". Era la primera vez que un miembro del Gobierno relacionaba directamente delincuencia y roms.Antes se había hablado de "problemas" con los roms,y se les había expulsado alegando un imperativo jurídico: "Los extranjeros en situación irregular no tienen derecho de permanecer en suelo francés". Lo curioso del caso es que cuando el ministro del Interior soltó la cifra nada dijo del porcentaje de delitos cometidos por miembros de cualquier otra nacionalidad. Si eso no es racismo…

El proyecto de la nueva ley de Inmigración (en la que se recoge la declaración de Sarkozy en Grenoble, y se amplía a otros delitos, entre ellos la poligamia y la ablación), sumada a las recientes deportaciones "voluntarias" de gitanos rumanos en Francia, ha sido objeto de críticas por parte de organizaciones como la ONU y la Unión Europea, así como del Vaticano. Pero Sarkozy y su ministro del Interior, en vez de reconocer el fracaso de su campaña por la seguridad (menos policías más delitos), se obstinan en acusar a los roms (les ha tocado) para arrebatar votos al FN de los Le Pen (el padre y su hija Marine). Continuará…

29-VIII-10, Joan de Sagarra, lavanguardia