´Extraños´, Xavier Batalla

El último invento europeo para resolver racionalmente el problema del extraño ha sido la aprobación de un artículo que prevé la imposición de sanciones a los gobiernos que violen los principios y valores de la Unión Europea, que se define como "un espacio de libertad, seguridad y justicia sin fronteras interiores en el que está asegurada la libre circulación de las personas". La idea surgió cuando en Austria llegó al gobierno el populista y xenófobo Jörg Haider. Entonces, uno de los impulsores del artículo fue Jacques Chirac, presidente francés, preocupado por los votos que obtenía el populista y xenófobo Jean-Marie Le Pen.

El Ministerio del Interior francés ha inventado ahora otra cosa: una circular que va contra la libre circulación de las personas en la Unión Europea. Dice que trata de poner coto a la delincuencia, pero el texto especifica que hay que erradicar los asentamientos de inmigrantes "tomando como prioridad los de los gitanos rumanos". La circular alude al discurso del presidente de la república, Nicolas Sarkozy, pronunciado el pasado 30 de julio. "Los clandestinos deben ser trasladados a la frontera. Dentro de este espíritu he ordenado al ministro del Interior el desmantelamiento de los campamentos descontrolados de gitanos del Este", dijo Sarkozy.

El exceso verbal de una comisaria comunitaria ha sido utilizado ahora por Sarkozy para acallar las críticas. La Comisión Europa aún aguanta, pero el presidente francés ha logrado el apoyo de sus colegas, incluido el socialista Zapatero, que se dicen preocupados por los derechos humanos. La inmigración conlleva problemas preocupantes. Esto es innegable. Pero el problema de Europa con los extraños es, como sucede en la prensa, la deriva populista de aquellos que se pronunciaban contra el populismo. Sarkozy ya es más popular.

19-IX-10, Xavier Batalla, lavanguardia