´¿Quién se ha llevado mi voto?´, Nuria Chinchilla & Maruja Moragas

Hay que cambiar la ley electoral! Nuestra democracia está secuestrada. Es una opinión compartida por políticos y ciudadanos. Nos regimos por un decreto provisional de la transición de hace 31 años. La partitocracia es la raíz de la parálisis política que vivimos y hace que nuestra democracia sea primitiva y poco representativa: gobierno del pueblo pero sin el pueblo. Los intentos de poner al día la ley electoral se estrellaron por el tacticismo y exceso de protagonismo de los partidos. Se pierden en disquisiciones bizantinas, mientras los ciudadanos, indefensos, contemplan cómo hacen de su capa un sayo: incumplen promesas, les meten goles con temas no programados, se tapan unos a otros… No es de extrañar el descrédito de la política y la desafección del electorado.

Los informes encargados a expertos por el Parlament catalán señalan la conveniencia de seguir un sistema electoral similar al alemán, que combina las listas cerradas de partidos con la elección directa de personas de la confianza del elector. Tendremos así un Parlamento compuesto en un 50% por listas cerradas y otro 50% por personas elegidas directamente que no estarán bajo la obediencia de partido, lo cual supone una democracia más enriquecida, con más ideas, más debate y menos imposición. El ciudadano tendrá alguien a quien dirigirse y que le informe de los temas que se están cociendo, podrá aportar ideas y pedir responsabilidades.

Si no es así, seguiremos degradando nuestro sistema democrático. Los clásicos observaron la facilidad de pasar de la democracia a la demagogia y de esta a la oligarquía y a la tiranía. Desde el poder se distrae a la gente con pan y circo: subsidios, subvenciones o fútbol… Pero, como los partidos siguen tirando cada uno por su lado, aumenta el desgobierno y el descontento. Se acaba imponiendo el que más fuerza tiene. Primero, la gente aplaude, porque piensa que, por fin, va a haber orden. Pero se corre el peligro de que, bajo la máscara de liberador, alguien sea un tirano. ¿Es eso lo que queremos?

Que los partidos introduzcan en su programa el compromiso de elaborar una ley electoral con elección directa por circunscripciones debería ser condición sine qua non para darles nuestro voto en las próximas elecciones. Nos va mucho en ello.

27-IX-10, Nuria Chinchilla y Maruja Moragas, profesoras del Iese. Centro Internacional Trabajo y Familia, lavanguardia