´Desafección sindical´, M. Dolores García

A nadie puede sorprender que mucha gente aplauda a Esperanza Aguirre por proponer deshacerse de parte de los liberados sindicales. Cuando la política más oportunista del país se lanza a esa piscina es porque hay agua. Y la líder sabe que los códigos morales de hace treinta años no son los de ahora. Si durante la transición se imponía la necesidad de profesionalizar al delegado sindical, algunos abusos han hecho que en la actualidad se les vea como unos privilegiados.

Por mucho que se esfuerce Zapatero, la huelga es la constatación de que ha tenido que renunciar a su imagen de defensor de los débiles, de la misma manera que debería llevar a los sindicatos a una reflexión sobre su papel en esta crisis, primero como falderos del presidente y después como víctimas despechadas. Mañana, sea cual sea el seguimiento de la huelga, se proclamarán vencedores. También en eso han adoptado los peores tics de los políticos.

28-IX-10, M. Dolores García, lavanguardia