´Aprender inglés en España: sobra doblaje... y orgullo´, J. de Arriba

El plan presentado la semana pasada por el conseller de Educació, Ernest Maragall, contempla la inversión de 221 millones de euros para mejorar el nivel de lenguas extranjeras de los catalanes. Se quiere doblar el profesorado competente en inglés, avanzar la edad de inicio de contacto con el idioma y aumentar las estancias en el extranjero.

En otros países, como en Holanda, donde tres de cada cuatro personas hablan neerlandés, inglés y alemán, la batalla de las lenguas extranjeras, superada hace años, se ganó más en casa y en la calle que en las aulas.

Stek no cree que nueve de cada diez holandeses hablen inglés debido a un sistema educativo de excelencia. Lo achaca más a la influencia de la televisión, la música y los videojuegos. "Los niños quieren saber lo que dicen las canciones que les gustan", asegura esta profesora.

El otro ´fet diferencial´

Pero, ¿cuántos adolescentes españoles no traducen hoy las letras de Robbie Williams o Eminem? ¿Cuántos no se han interesado por la lengua global para acercarse a sus ídolos musicales y después se han llevado un chasco al descubrir que aquellas bellas melodías no cuadraban con la letra imaginada? Si los holandeses aprendieran debido a la música y los españoles no lo hacen, una de dos: o la leyenda de la incapacidad de los españoles para los idiomas es cierta o hay algún otro factor diferenciador.

La profesora de la Universidad de Amsterdam Rose van der Zwaard señala a la política de no doblaje en cine y televisión como la clave. "Aunque un niño no tenga conocimientos de inglés, tendrá los sonidos, algunas palabras... Es algo que influye de verdad en los conocimientos auditivos". Los niños que ven la televisión en versión original se acostumbran a sonidos y estructuras que se guardan en el subconsciente. Cuando empiezan a estudiar inglés a los diez años (en los Países Bajos no impera el pensamiento de cuanto antes, mejor, porque los niños son como esponjas), esos datos se refrescan y el aprendizaje es más rápido y eficiente. "Además, la forma en que se enseña no es a través de la gramática, sino de una aproximación muy comunicativa a la lengua", explica Van der Zwaard, a la vez que añade que no hay otra vía posible: "¿Cómo vas a aprender una lengua si no la escuchas?".

El informe del 2005 Los europeos y sus lenguas muestra el éxito de la política de la versión original y las trabas que impone el doblaje. Más del 90% de los ciudadanos de Suecia, Dinamarca, Finlandia y Países Bajos prefiere la versión original. Estos cuatro países son los que tienen un mayor porcentaje de ciudadanos que dominan el inglés como segunda lengua. En cambio, España, Italia y Francia, países con tradición de doblaje, están en el furgón de cola de la ya antigua Europa de los Quince.

Brad Philpot, de la escuela bilingüe Berlage Lyceum, destaca la "buena voluntad" de los neerlandeses para aprender idiomas, del mismo modo que la profesora universitaria señala la falta de "orgullo por la lengua flamenca" como una motivación para hablar idiomas. Holanda es un país pequeño con tradición de mirar fuera de sus fronteras y donde las simpatías hacia el inglés crecieron después de que británicos y canadienses liberaran al país del yugo nazi. Ello, junto a una inmersión en la lengua extranjera accesible fuera de las aulas y a una buena educación, hace que se domine el idioma al acabar la escolarización obligatoria.

Erasmus españoles sin inglés

Rose van der Zwaard tiene contacto con alumnos de toda Europa gracias al programa Erasmus. Alaba la transformación que han vivido los alemanes en la última década, califica de notable el inglés de los países del antiguo bloque comunista y se quita el sombrero ante el de los escandinavos.

Pero, ¿qué piensa del inglés de los españoles? "Cuando pregunto a mis alumnos españoles, ellos están muy decepcionados por el hecho de que su inglés sea tan malo. Algunos estudiantes Erasmus vienen aquí sin nada de inglés. Puedes venir, pero, ¿cómo esperas comunicarte? Los peores no tienen ni idea. Saben las reglas gramaticales, pero no las pueden aplicar. No tienen fluidez; no han escuchado nada en la escuela. En general, los estudiantes españoles...". Sin decir más, Van der Zwaard lo dice todo.

España, y Catalunya, ya han llegado tarde a la época en que el inglés era un plus. Si como dijo el conseller, "ahora va en serio" y no se quiere perder el tren cuando el inglés ya no es un mérito, sino casi un deber, además de ampliar recursos educativos habría que facilitar que la lengua inglesa penetre en los hogares catalanes a través de los televisores. La caja tonta pocas veces habría contribuido tanto como servicio público.

J. de Arriba, lavanguardia, 3-VI-06.