saludable nueva entrega de wikileaks

Estocolmo denegó ayer al australiano Julian Assange, fundador de Wikileaks, los permisos de trabajo y residencia. Assange deseaba beneficiarse de la ley sueca que protege a los periodistas. Tiene tres semanas para apelar. Planea publicar en breve medio millón de documentos sobre Iraq.

Tortura a escala masiva, pero no estadounidense. Infiltración sin complejos de Irán en la guerra vecina. Decenas de miles de víctimas civiles: de un total de 109.000 muertos registradas por EE. UU. desde el inicio de los combates en 2003, 66.081 eran no combatientes.



Wikileaks, la web dedicada a la divulgación de documentos secretos, reveló anoche a través de varios medios de comunicación occidentales 391.832 documentos de EE. UU. sobre Iraq.

Aunque a primera vista no incluya ninguna revelación que altere el relato sustancial de la guerra, la publicación aporta detalles y arroja luz sobre los horrores cotidianos y sobre algunos aspectos geopolíticos.

Nunca antes se habían publicado tantos documentos secretos de golpe. En verano, Wikileaks ya publicó 92.000 sobre la guerra de Afganistán, cuya procedencia no se ha revelado, aunque EE. UU. ha acusado y detenido al soldado Bradley Manning por divulgar material clasificado.

Los documentos -que Wikileaks entregó a los periódicos The New York Times, Der Spiegel, The Guardian y Le Monde-revelan, por ejemplo, que el recurso a la tortura era extendido entre los soldados y policías iraquíes, pese a que la opinión pública asocia mayoritariamente Iraq a los abusos estadounidenses en la cárcel de Abu Ghraib.

La responsabilidad iraquí, sin embargo, no parece exonerar a EE. UU. The Guardian relata el caso anodino de un prisionero que se encontraba de rodillas, con los ojos vendados y esposados. Un soldado iraquí le golpeó en el cuello y le pisó. Un marine que lo vio lo contó a sus superiores. "No es necesario investigar", concluyeron tajantemente.

Geoff Morrell, portavoz del Pentágono, dijo que la información de Wikileaks es "táctica" y no "estratégica", y que no contiene nada significativo. Sin embargo, también ha advertido de que las revelaciones pondrían en peligro la vida de las tropas estadounidenses y sus aliados.

Tras la publicación de los documentos sobre Iraq, en julio, el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE. UU., almirante Mike Mullen, dijo que Julian Assange, responsable de Wikileaks, y su fuente en las fuerzas armadas podían tener las manos manchadas de sangre. Sin embargo, el secretario de Defensa, Robert Gates, reconoció en una carta al Congreso en agosto - revelada hace unos días por la CNN-que los papeles de Afganistán no habían expuesto ni fuentes ni métodos de inteligencia sensibles.

EE. UU. dio por terminadas las operaciones en Iraq en agosto, aunque las tropas estadounidense siguen en el país. Políticamente, los documentos de Afganistán, una guerra que Barack Obama ha hecho suya y en la que ha triplicado el número de soldados y marines, eran más dañinos.

Los papeles de Iraq revelan que -como afirmaba el presidente George W. Bush-la implicación de Irán en la guerra era notable, e incluía la oferta de refugio, instrucción y envío de armas a facciones chiítas, que con frecuencia usaban contra las tropas de Estados Unidos.

19/23-X-10, M. Bassets, lavanguardia