ŽNuevas alianzas de seguridad en AsiaŽ, Brahma Chellaney

Las altas autoridades de los gobiernos de India y Corea del Sur se reunieron recientemente para comenzar una nueva "asociación estratégica". No están solos en esto, ya que al parecer en toda Asia se está creando poco a poco una nueva arquitectura de seguridad. No es fácil prever cómo evolucionará el paisaje geopolítico de Asia en las próximas décadas. Sin embargo, es evidente que China está reforzando sin darse cuenta el papel de EE. UU. en Asia, restableciendo la primacía estadounidense como garante implícito de la seguridad y la estabilidad en la región. Hay al menos cuatro escenarios posibles para la seguridad asiática en los años venideros.

El primero es el surgimiento de una Asia sinocéntrica. China busca un mundo multipolar con una Asia unipolar. Por el contrario, Estados Unidos desea un mundo unipolar con una Asia multipolar. Un segundo escenario es que EE. UU. siga como principal ancla de seguridad de Asia, con o sin una tercera posibilidad: el surgimiento de una constelación de estados asiáticos con intereses comunes que colaboran para asegurarse de que Asia no sea unipolar. Finalmente, Asia podría terminar teniendo varias potencias reemergentes, como Japón, India, Vietnam, Indonesia y una Corea reunificada.

De los cuatro escenarios, el primero es el que ha causado más inquietud. Los vecinos de China están cada vez más preocupados por su creciente poder. Si bien los gobernantes chinos aspiran a dar forma a un continente sinocéntrico, sus esfuerzos por intimidar a los vecinos más pequeños difícilmente convierten a China en un candidato creíble para liderar Asia. Después de todo, el liderazgo genuino no puede surgir del poder a secas, sino sólo del consentimiento o la aceptación tácita de los demás estados. En todo caso, puede que el poder de China sea vasto y esté creciendo con rapidez, pero no tiene la habilidad de atraer, no cuenta con la capacidad de derrotar a ningún rival militarmente, por no hablar de imponer su voluntad en Asia.

Pero con un presupuesto de defensa que ha crecido casi al doble del ritmo de su PIB, China está comenzando a quitarse los guantes, confiada en que tiene el músculo necesario. Por ejemplo, ahora incluye el mar del Sur de China en sus intereses nacionales "básicos", a la par que Taiwán y Tíbet, para reclamar un derecho prácticamente exclusivo de realizar operaciones militares en esas aguas.

China ve que puede que su creciente poder inspire asombro, pero que sus acciones están generando nuevas inquietudes y temores. ¿Qué estados aceptarán a China como líder de Asia? Seis décadas de brutal represión no han logrado aceptación para China ni siquiera en Tíbet y Xinjiang, como evidencian las revueltas tibetana y uigur del 2008 y 2009. Para tener liderazgo se necesita más que un enorme poder económico y militar. Son necesarias ideas que seduzcan. Ese poder sirve también como justificación moral para la firmeza que a menudo hace falta al emprender el logro de toda causa o interés particular.

China ha mostrado su disposición a promover de manera firme sus intereses nacionales y jugar a la geopolítica clásica de equilibrio de potencias. Pero para desplazar a EE. UU. y asumir el liderazgo en Asia, debe hacer más que tratar de beneficiar sus propios intereses y contener a potenciales rivales. ¿Qué representa China en cuanto a valores e ideas? Ante la falta de respuesta a esa pregunta, las políticas excesivamente asertivas de China han terminado por ayudar a EE. UU. a fortalecer y ampliar sus acuerdos de seguridad en Asia. Corea del Sur ha intensificado su alianza militar con los estadounidenses, Japón ha dado marcha atrás a su intención de hacer que EE. UU. abandone su base aérea en Okinawa, e India, Vietnam, Indonesia y Filipinas han estrechado vínculos con la potencia norteamericana.

En Asia no es probable que una potencia o combinación de potencias pueda equipararse a EE. UU. en el próximo cuarto de siglo. Sin embargo, si bien está asegurada su continuidad del papel central en Asia, la viabilidad de largo plazo de sus acuerdos de seguridad se reduce a la credibilidad de sus garantías a sus aliados y socios en este ámbito. Los escenarios tercero y cuarto pueden ocurrir incluso si EE. UU. sigue siendo el garante principal de la seguridad de Asia. Varios países asiáticos han comenzado a desarrollar de modo bilateral una cooperación sobre seguridad mutuamente beneficiosa, tendiendo las bases para una potencial red de asociaciones estratégicas interconectadas. Una constelación de estados asiáticos vinculados por la cooperación estratégica se ha convertido en factor esencial para ayudar a crear estabilidad entre poderes en la región.

 

18-X-10, B. CHELLANEY, profesor de Estudios Estratégicos en el Centro de Estudios de Políticas de Nueva Delhi, lavanguardia