entrevista (VII-10) a Julian Assange, creador de wikileaks

Transmite una intrigante tranquilidad, pese a la diabólica repercusión mediática que le rodea estos días. El australiano Julian Assange (1971), fundador de Wikileaks, en conversación telefónica desde Londres, responde en tono extremadamente bajo y pausado a cada pregunta sobre los informes, obtenidos por su web y publicados el pasado lunes con alcance mundial por The New York Times, The Guardian y Der Spiegel, que muestran el doble juego de los servicios paquistaníes y los errores y dificultades de Estados Unidos y la OTAN en la guerra en Afganistán. Enigmático y conciso, Assange, un prodigioso hacker de joven, afirma que Wikileaks, que cuenta con más de 800 colaboradores y carece de oficina y trabajadores asalariados, tiene la misión de "defender con total transparencia la libertad de información".

Pregunta. ¿Está en sus 15 minutos de fama o su misión no ha hecho más que comenzar?

Respuesta. (Larga pausa) No me corresponde a mí decirlo.

P. ¿Cree que esta filtración puede influir en futuras decisiones políticas?

R. Por supuesto. Las Administraciones estadounidense y paquistaní saben muy bien qué información se ha publicado. Describe de forma detallada la situación actual de la guerra. Pero ante todo, nuestra única motivación es el servicio público, y ser conscientes de que tenemos que ofrecer historias relevantes, que influyan en las personas.

P. Las comparaciones con los Papeles del Pentágono de la guerra de Vietnam llegaron desde el primer día. ¿Se ha generado la misma controversia?

R. Sí, incluso creo que este material es más dañino y crítico para EE UU. Muestra desde la muerte de un niño a las grandes operaciones que matan a cientos de personas.

P. Pero Richard Nixon llegó a decir entonces que Daniel Elsberg, quien filtró la información a The New York Times, era el hombre más peligroso de EE UU. ¿Se considera igual de peligroso?

R. La gente más peligrosa para EE UU, otra vez, son las personas más ricas, los bancos y los poderosos. Pero no tengo problemas ni temo ser detenido.

P. ¿Qué piensa de la reacción de Estados Unidos?

R. Estábamos preparados para una reacción de este tipo. Es de esperar que quieran distraer a la gente de sus responsabilidades en esta cuestión. Es serio.

P. El antiguo jefe de los Servicios de Inteligencia de Pakistán (ISI), Hamid Gul, ha asegurado que los documentos son falsos.

R. La información viene de dentro de Pakistán y Afganistán. Los informadores tienen relación con unidades del campo de batalla y con las embajadas. Hay toda una serie de razones para que ofrezcan su información. Primero: por dinero. Segundo: por interés personal, por aprovecharse de algo. Tercero: para que se sepa la verdad.

P. ¿Por qué cree que las fuentes prefieren Wikileaks a un periódico tradicional?

R. Porque confían en nosotros para que su información vea la luz. Y somos especialistas en protegerlos. Nosotros no nos damos por vencidos a la hora de garantizar el servicio público. Para nosotros, una buena información es posible en cualquier momento y no respondemos a intereses empresariales ni políticos.

P. Al escoger The New York Times, The Guardian y Der Spiegel para difundir la información, Wikileaks se convirtió en un nuevo intermediario entre la fuente y el periodista. ¿Se ven así?

R. Sí, porque nuestra tecnología e infraestructura están al servicio de todos los medios y organizaciones. Pero esto no es una fundación. Tenemos otra visión. Es un próposito distinto al tradicional porque no tenemos intereses ni presiones que no sea el mostrar toda la documentación facilitada. Así se vio también en el vídeo que mostraba el asesinato de periodistas en Irak.

P. ¿Pagan los medios de comunicación por la información?

R. No es nuestra filosofía que se pague por la información. Lo consideraremos quizá para el futuro, pero todavía no lo hemos hecho. Nuestro próximo objetivo es financiarnos.

29-VII-10, F. Navarro, elpais